Los restos del primer sacerdote dehoniano de nacionalidad argentina son velados este miércoles en la Casa Central de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Caracas 437, en el barrio porteño de Flores), y serán inhumados en el cementerio de Lanús junto a sus padres y familiares que lo han precedido en el camino de la vida eterna.
El padre Cappelluti nació el 16 de abril de 1933 en la ciudad bonaerense de Sarandí, hijo de inmigrantes italianos profundamente católicos. Vivió toda su infancia, adolescencia y juventud en Gerli. Miembro scout de la parroquia San José Obrero, buen estudiante, empleado bancario, a los 20 años sintió el llamado a consagrar enteramente su vida al Señor e ingresa en la Congregación de los Sacerdotes del Corazón de Jesús (SCJ-Dehonianos), que en esos años atendían pastoralmente esa parroquia.
Emitió sus primeros votos el 16 de octubre de 1955 y luego completó sus estudios filosóficos en Monza (Italia) y la teología en la Universidad Gregoriana de Roma obteniendo la licenciatura. Fue ordenado sacerdote en Roma el 3 de julio de 1960.
De regreso a la Argentina a fines de 1961, por pedido de sus superiores se especializa en teología, obteniendo el doctorado bajo la guía del presbítero Lucio Gera. A partir de ese momento unió el trabajo pastoral, de vicario parroquial y de asesor de distintos grupos del Movimiento Familiar Cristiano (MFC), con la enseñanza de teología para laicos en el Instituto Superior de Cultura Religiosa de las Hermana del Divino Maestro (Capital Federal), en el Profesorado de las Hermanas Josefinas de Cruz Alta (Córdoba), y más tarde en el Instituto de Ciencias Sagradas Marcelino Champagnat de la Capital Federal.
Llamado al oficio de formador de los postulantes y de los jóvenes religiosos dehonianos pasa a enseñar teología en distintos seminarios del País, comenzando por el Seminario de Rosario y luego en la Facultad Teológica del Salvador en San Miguel (Buenos Aires). Tras 6 años en ese ministerio, debió dejarlo al ser nombrado Superior Regional de los Dehonianos de Argentina y Uruguay.
Prestó servicios en la Conferencia Argentina de Religiosos como vocal, vicepresidente y finalmente presidente, sucediendo al padre Jorge Novak SVD, cuando este es nombrado obispo de Quilmes (1976). Se destaca entonces por su lucidez y valentía a la hora de acompañar (salvar) personas y de discernir y tomar posturas frente a las medidas y acciones de la dictadura militar.
Terminado su servicio como Superior de la Comunidad Dehoniana Argentina-Uruguaya, vuelve a la formación de los jóvenes religiosos y a la enseñanza de la teología, sucesivamente, en el Centro de Estudios Filosóficos y Teológicos (Cefyt) de Córdoba, el Seminario Mayor Nuestra Señora de Loreto de Córdoba, el Seminario Interdiocesano la Encarnación de Resistencia (Chaco), el Seminario Mayor Pedro Ortiz de Zárate de Jujuy, el Seminario Mayor San Agustín de San Isidro, el Seminario San José de Morón y en la Facultad Teológica de la UCA.
Siguiendo una de las orientaciones del padre Dehon, fundador de los dehonianos, de “privilegiar el ministerio de la formación de los sacerdotes y religiosos, se sentía feliz de poder ayudar a los seminarios del interior del país y de las diócesis suburbanas, sobre todo en sus inicios y cuando tenían dificultad en encontrar profesores”. Fue miembro fundador de la Sociedad Argentina de Teología en la fue vicepresidente en el período 1984-1988.
“Cappelluti fue un hombre de profunda vida interior, de gran capacidad reflexiva, buen docente que suscitaba respeto, cercanía, seriedad; óptimo comunicador de la Doctrina de la Iglesia, ayudando a descubrir en ella la Buena Noticia y ayudando a los alumnos a hacer una síntesis que se convirtiera en profesión de fe”, destacó la congregación.
“El padre Leonardo Cappelluti hoy ha entrado para siempre en la casa del Padre, para ‘cantar eternamente las misericordias del Corazón de Jesús’. Nos ha dejado de una forma improvisa; sufrió hace dos días una descompensación cardíaca que concluyó con su muerte. Lo acompañamos con nuestra gratitud a Dios por el regalo de su vida y su ministerio. Lo hacemos desde la oración y la esperanza cristiana ‘que no defrauda’”, sostuvo.
La comunidad dehoniana en la Argentina y Uruguay se solidarizó también con “los sentimientos de dolor, de fe y de esperanza de sus familiares, amigos y personas para quienes el padre Cappelluti pudo significar una ayuda en el encuentro con el Señor”.+
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