Mons. Aguer: Sobre lo legal y lo legítimo, sobre leyes justas y leyes injustas
“La diferencia entre legal y legítimo -explicó- es de conceptos de los cuales dependen comportamientos, y no sólo comportamientos, sino todo un ordenamiento”.
Con el propósito de dejar en claro lo que estaba explicando, el arzobispo recurrió a un ejemplo.
“Voy a dar -dijo- algunos ejemplos delicados, pero que tienen un influjo enorme en la sociedad. La ley de identidad de género ha sido reglamentada por el gobierno anterior y según esa reglamentación se torna obligatorio que se ofrezca a personas que quieren hacerlo, toda clase de cirugías para adecuarse el cuerpo al modo como ellos sienten su personalidad. Se trata de un sector minúsculo de la población. Son operaciones gratuitas, según el PMO (Programa Médico Obligatorio). Incluso vienen del exterior personas en esas condiciones a hacerse estas cirugías. Hay una lista muy extensa de nombres, nombres rarísimos que no he podido retener, que definen que se extirpan órganos o se ponen imitaciones para adecuar el cuerpo a lo que la persona siente que es. Eso es legal pero me pregunto: ¿Es legítimo? ¿Es conforme a justicia? Porque se trata siempre de grupos minoritarios y resulta razonable confrontar estas operaciones muy específicas con la situación que se vive en el país acerca del cuidado de la salud de la inmensa mayoría, de la totalidad de los ciudadanos”.
“Todos sabemos que hay chicos desnutridos, hay chicos que pasan hambre y sufren por eso daños perpetuos. Todos sabemos muy bien que en los hospitales públicos hay cirugías necesarias, por enfermedades reales que no se hacen o que demoran por falta de insumos o por lo que fuere. Los pobres deben aguardar eternamente para ser atendidos de manera insuficiente. Es bien conocida la situación de los ancianos, de personas que tienen enfermedades graves y que no reciben la medicación que necesitan. ¿Y, entonces, por qué en virtud de una disposición que es legal se está faltando al cumplimiento de necesidades y obligaciones que son conforme a justicia y que son competencia que el Estado tiene? Los jueces se pliegan a esta injusticia y “aprietan” con sus fallos a las obras sociales”.
Monseñor Aguer consideró que “esto implica que hay un cierto desorden en la vida democrática argentina. Es verdad que lo estoy compartiendo con ustedes, amigos televidentes, que no son legisladores, pero es una cuestión a pensar políticamente. Y aquí no se está haciendo discriminación de nadie, muy por el contrario, sino que me estoy refiriendo a este hecho: ¿Por qué tantísima gente, una gran mayoría del pueblo argentino pasa tanta necesidad en cuanto al cuidado de su salud y, en cambio, se gasta en pequeños grupos? Insisto: no quiero discriminar a nadie y tengo el máximo respeto por todas las personas. ¿No sería una especie de discriminación al revés, que la población mayoritaria que sufre tantas carencias sanitarias quede relegada del modo que sabemos?”.
El prelado explicó que “esta es una de las consecuencias de confundir lo legal con lo legítimo. Lo legal tiene que ver con un ordenamiento que se sanciona de acuerdo a los procedimientos legislativos del país, las iniciativas de los políticos y las influencias que reciben; lo legítimo tiene que ver con la verdad, con la justicia, con la realidad moral de las cosas”.
“Se lo digo a ustedes porque me parece que es importante que el pueblo argentino cobre conciencia sobre lo que está pasando, porque cada tanto surgen quejas razonables, justificadas de tantísima gente. Yo mismo veo, cuando voy al policlínico o a tal o cual hospital de mi jurisdicción colas inmensas de pacientes, que están esperando allí horas y horas, que no son atendidos o que no pueden ser atendidos como lo necesitan porque el sistema no funciona, más allá de la buena voluntad de los médicos”.
“Esto es algo que tiene mucho que ver con la realidad social, con la equidad social, sencillamente con la justicia”, concluyó.+
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