La celebración de la misa estuvo presidida por el obispo de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, y fue concelebrada por el párroco, junto con los presbíteros Daniel Climente, Fabián Yanes y Armando Ledesma. También, se hicieron presentes el intendente de Lobería, representantes del Concejo Deliberante, un hermano de monseñor Melucci, sobrinos, familiares, fieles, y miembros de la comunidad educativa del colegio fundado por monseñor Melucci.
Durante la homilía, monseñor Marino se refirió a la enseñanza del pasaje del Evangelio de ese domingo acerca de la humildad y la verdadera grandeza del hombre. Luego, lo relacionó con la vida y la obra de monseñor Melucci.
“Pequeñez y grandeza, humildad y amor apasionado por el cumplimiento de una misión recibida”, describió monseñor Marino al sacerdote difunto. “Vida de trabajo callado, con los ritmos de un pago de provincia, pero trascendencia espiritual y fecundidad probada en la vida de este pueblo que tanto le debe. Su vida transcurrió en la humildad de las apariencias y en el fuego interior de un corazón grande, fiel al compromiso libremente aceptado”, afirmó.
Al término de la misa, los restos de monseñor Melucci fueron sepultados en el atrio del templo en un sepulcro preparado por la comunidad a la que él perteneció y acompañó durante 55 años.
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