El arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, destacó este espacio de expresión de fe de los migrantes bolivianos y señaló: “La Virgen, la Madre de Jesús, es la Madre de todos, no hay confines ni culturas diferentes que nos dividan, sino expresiones de ser hijos de Dios en una familia que tiene hermanos diferentes y que nos expresamos también en formas culturales distintas".
El arzobispo chileno agregó que “es importante recibir a los migrantes, pero no es suficiente, hay que integrar, lo que significa también crear leyes que favorezcan una auténtica integración, con derechos humanos, de aportar y recibir, y creo que eso es una tarea que todavía tenemos pendiente. Ojalá que pronto en Chile tengamos una legislación que nos integre y apoye esta diversidad que contribuye a la unidad”.
Por su parte, el presidente de la Conferencia Episcopal de Bolivia, monseñor Ricardo Centella, quien por primera vez participa de esta celebración religiosa en Chile, comentó que la “Virgen de Copacabana, históricamente, es signo de paz y unidad. Apareció para pacificar a dos comunidades que estaban en guerra, entonces cada vez que le rezamos, le pedimos paz y prosperidad. Por ello, este tipo de fiestas son signo de fraternidad, y más allá de las fronteras ideológicas, políticas, geográficas, es una oportunidad donde todos somos hermanos”.+
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