Mons. Frassia pidió a la Virgen “que podamos trabajar por el bien común”
La sección especial del Concejo Deliberante contó con la participación del intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, el presidente del cuerpo, Hugo Barrueco, y ediles de todas las agrupaciones partidarias municipales.
En ese marco, el prelado señaló: “Las diferencias deben producir un enriquecimiento en el diálogo, en el respeto por la opinión del otro, que contribuya, que aporte y no que destruya”.
“Todos sabemos bien –continuó monseñor Frassia- que el Estado surge de los hombres, las familias y los diversos grupos, en cuanto se reúnen para cooperar en la realización del bien común, es decir para defender sus propios derechos, de los que ni la comunidad política ni la autoridad del Estado son fuente sino custodio".
El obispo puntualizó que "es necesario tener esperanza”, e invitó a “confiar en la presencia de Dios, fuente de toda ‘razón y justicia’, sabiendo que el Señor nos renueva en nuestra vida, con la fe y la confianza de esperar el futuro preparándolo convenientemente en el presente”. “Esta virtud teologal implica paciencia y fidelidad cuya expresión mayor es el amor”, manifestó.
Finalmente, el obispo de Avellaneda-Lanús pidió que la Virgen María nos ayude y “nos haga entrar en comunión con el Cielo y la Tierra, haciendo que nuestras conciencias no se congelen”.
“Que interceda para que no cortemos nuestras raíces de fe y esperanza y de amor que se plasmen en el servicio al necesitado”, concluyó.
Texto del mensaje ante el Concejo Deliberante
Mons. Frassia: “La Argentina merece ser tratada mejor”
En la cena que el Rotary Club de Avellaneda realiza cada año en ocasión de las fiestas patronales diocesanas]fiestas patronales diocesanas[/url], que se llevó a cabo el 10 de agosto, el obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Rubén Oscar Frassia, afirmó que la Argentina “merece ser mejor tratada”, animó a tener esperanza y señaló: “No todo está perdido”.
Monseñor Frassia recordó que la Virgen María “nos anima en la esperanza y nos ilumina en la alegría”. “Estamos viviendo momentos difíciles”, reiteró el obispo. “Pero estas situaciones no las provoca la naturaleza ni sus desequilibrios naturales. Sus causas son otras, producidas por nosotros, los seres humanos: injusticia, violencia, mentira, falta de respeto, humillación, discriminación, corrupción, etcétera”, agregó.
“La Argentina, nuestro país, merece ser mejor tratada. Nosotros mismos merecemos ser mejor tratados. Nadie puede excusarse y echar culpas o responsabilidades a otros. Pienso que somos parte de la misma Historia”, aseveró.
El prelado destacó que “debemos esmerarnos en la ejemplaridad de las acciones”, especialmente quienes son figuras públicas, y señaló: “Un signo de madurez y de responsabilidad es reconocer”.
“La fe, cuando está presente, nos da pertenencia y crea raíces en nuestra existencia, nos lleva a vivir con responsabilidad y con una madurez que nos debe humanizar y sociabilizar”, destacó y continuó: “La fe crea responsabilidad. Somos hijos, pero también debemos tratarnos como hermanos, sin excluir a nadie”.
Para concluir, pidió a la Virgen que “nos ayude a alcanzar este sueño, que “no tiene utopía”, y que “es posible vivirlo, alcanzarlo y desarrollarlo”. “No todo está perdido”, animó y puntualizó: “No podemos instalar en nuestro pensamiento y corazón el pesimismo que nos conduce a la derrota”.
Ver texto completo de las palabras de monseñor Rubén Oscar Frassia.+
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