Mons. Stanovnik recordó el ejemplo de San Cayetano: compromiso, misericordia y generosidad
Como todos los años, los devotos del santo del pan, la paz y el trabajo, emprendieron la marcha luego de la bendición de monseñor Stanovnik. Los gremios y sindicatos locales invitaron a sumarse a esta manifestación de fe, de la que también participó el intendente municipal, ingeniero Fabian Ríos, entre otras autoridades.
La misa fue presidida por el arzobispo a las 10:30. Concelebró el párroco del santuario, presbítero Daniel Danuzzo, y algunos diáconos. La peregrinación de los trabajadores, expresó monseñor Stanovnik, “es una verdadera gracia” para los trabajadores, empresarios, sindicalistas, y también para los desempleados y sus familias, por el impacto que provoca en la sociedad la falta de trabajo.
“Miremos a nuestro santo y preguntémonos ¿qué tiene para decirnos San Cayetano en esta fiesta de la fe y del trabajo?”, invitó el prelado, y recordó que “en todos nosotros está la convicción de que el santo del pan y del trabajo es un poderoso intercesor, que nos ayuda a dar gracias a Dios por el trabajo; y a la vez, nos inspira una gran confianza porque recurrimos a él para que nos ayude a conseguir trabajo y poder llevar el pan a la mesa. Es muy importante que seamos agradecidos a Dios por medio de nuestro patrono, y también humildes para suplicar que él interceda por nosotros. Sin embargo, no es suficiente. A todo ello, debemos añadir el ejemplo de su vida santa, que tiene como finalidad movernos interiormente, para que vivamos mejor nuestro compromiso cristiano, es decir, para ser más santos, más misericordiosos y más generosos, todos, trabajadores, empresarios y sindicalistas”.
“En esta nueva edición de la peregrinación de los trabajadores, con San Cayetano peregrino entre nosotros, renovemos nuestra fe en Jesús y nuestro compromiso misionero, disponiéndonos a ayudar al que lo necesita, colaborando en las acciones que tienden a aliviar a los más pobres, a los niños y a los ancianos”, exhortó monseñor Stanovnik, y recordó que “nuestra peregrinación terrestre culmina en el cielo, que ya se anticipa en la tierra, cuando nos tomamos de la mano y juntos cuidamos de que a nadie le falte lo necesario para una vida digna”.
Al finalizar la Misa, monseñor Stanovnik bendijo los panes para repartir a los fieles.+
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