Comprometerse con las realidades terrenas pero iluminadas con la luz de Dios, pidió el Papa

Comprometerse con las realidades terrenas pero iluminadas con la luz de Dios, pidió el Papa

Ciudad del Vaticano (AICA): “El cristiano está llamado a comprometerse concretamente en las realidades terrenas, pero iluminando las realidades terrenas con la luz que viene de Dios”, expresó este domingo el papa Francisco, desde la ventana del Palacio Apostólico, ante los miles de peregrinos provenientes de todas partes del mundo congregados para rezar junto al pontífice la oración mariana del Ángelus.
“El cristiano está llamado a comprometerse concretamente en las realidades terrenas, pero iluminando las realidades terrenas con la luz que viene de Dios”, expresó este domingo el papa Francisco, desde la ventana del Palacio Apostólico, ante los miles de peregrinos provenientes de todas partes del mundo congregados para rezar junto al pontífice la oración mariana del Ángelus.

El Papa reflexionó sobre el texto evangélico del día que relata el episodio en el que le preguntan a Jesús si “¿es lícito pagar al César el tributo?”

El pontífice habló del Evangelio del día que trata “una cuestión espinosa”, la de “la legalidad de pagar los impuestos al emperador de Roma, al cual estaba sometida Palestina en tiempos de Jesús”.

Francisco explicó que la pregunta que le hacen, “¿es lícito pagar al César el tributo?” es “una trampa para el Maestro” porque “dependiendo de cómo hubiese sido su respuesta, se lo podría haber acusado de estar a favor o en contra de Roma”.

Sin embargo, Jesús responde “con calma” y “aprovecha para ofrecer una enseñanza”. “Por un lado, insinuando restituir al emperador lo que le pertenece, Jesús declara que pagar la tasa no es un acto de idolatría, sino un acto debido a la autoridad terrena; y por otro, reclama el primado de Dios, pide que se le dé a Él en cuanto a Señor de la vida del hombre y de la historia”.

Francisco explicó además que el cristiano “está llamado a comprometerse concretamente en las realidades humanas y sociales" iluminando "la realidad terrena con la luz que viene de Dios”.

Palabras del Papa antes del rezo del Ángelus
“El Evangelio de este domingo (Mt 22,15-21) nos presenta un nuevo careo entre Jesús y sus opositores. El tema afrontado es el del impuesto a César: una cuestión espinosa sobre lo lícito o no de pagar el impuesto al emperador de Roma, al cual estaba sometida Palestina en el tiempo de Jesús. Las posiciones eran distintas. Por lo tanto, la pregunta dirigida por los fariseos: ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no? (v17) es una trampa para el Maestro. En efecto, se le iba a acusar, según cómo respondiera, si estaba a favor o en contra de Roma.

Pero Jesús, también en este caso, responde con calma y aprovecha la pregunta maliciosa para dar una enseñanza importante, elevándose por encima de la polémica y de los bandos opuestos. Les dice a los fariseos: “Muéstrenme la moneda con que pagan el impuesto”. Ellos le presentan un denario y Jesús, observando la moneda, pregunta: “¿De quién es esta figura y esta inscripción?”. Le respondieron: “Del César”. Jesús les dijo: “Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios”. (cfr 19-21).
Por una parte, instando a restituir al emperador lo que le pertenece, Jesús declara que pagar el impuesto no es un acto de idolatría, sino un acto debido a la autoridad terrena; por otra – y aquí Jesús da un ‘golpe de ala’ - recordando la primacía de Dios, pide darle lo que le corresponde en cuanto Señor de la vida del hombre y de la historia.

La referencia a la imagen de César, grabada en la moneda dice que es justo sentirse ciudadanos de pleno derecho del Estado; pero simbólicamente hace pensar en la otra imagen que está grabada en cada hombre: la imagen de Dios. Él es el Señor de todo y nosotros, que hemos sido creados ‘a su imagen’ le pertenecemos ante todo a Él. Jesús extrae, de la pregunta planteada por los fariseos, un interrogativo más radical y vital para cada uno de nosotros, un interrogativo que podemos plantearnos: ¿a quién pertenezco? ¿A la familia, a la ciudad, a los amigos, a la escuela, al trabajo, a la política, al Estado? Sí, es cierto. Pero ante todo –nos recuerda Jesús– tú perteneces a Dios. Ésta es la pertenencia fundamental. Es Él el que te ha dado todo lo que eres y tienes. Y por lo tanto, nuestra vida, día tras día, podemos y debemos vivirla en el reconocimiento de esta nuestra pertenencia fundamental y en el reconocimiento del corazón hacia nuestro Padre, que crea a cada uno de nosotros singularmente, irrepetible, pero siempre según la imagen de su Hijo amado, Jesús. Es un misterio estupendo.

El cristiano está llamado a comprometerse concretamente en las realidades humanas y sociales sin contraponer a ‘Dios’ y a ‘César’: contraponer a Dios y al César sería una actitud fundamentalista. El cristiano está llamado a comprometerse concretamente en las realidades terrenas, pero iluminando las realidades terrenas con la luz que viene de Dios. La consagración prioritaria a Dios y la esperanza en Él no conllevan una fuga de la realidad, sino aún más un restituir operosamente a Dios lo que le pertenece. Es por ello que el creyente mira a la realidad futura, la de Dios, para vivir la vida terrena en plenitud y responder con valentía a sus desafíos.
Que la Virgen María nos ayude a vivir siempre en conformidad con la imagen de Dios que llevamos en nosotros, dando también nuestra contribución a la construcción de la ciudad terrena”.+

Let's block ads! (Why?)

Etiquetas:

Publicar un comentario

[facebook][blogger][disqus]

Diocesis de Celaya

Forma de Contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.
Javascript DesactivadoPor favor, active Javascript para ver todos los Widgets