En Itatí, Mons. Stanovnik llamó a los peregrinos a “no desviarse del camino”
Una multitud de peregrinos se congregaron en la basílica y santuario de Nuestra Señora de Itatí para comenzar, en la hora cero del 16 de julio, los festejos en honor de la Virgen Patrona.
La primera manifestación de fe consistió en la salida en andas de la imagen peregrina de la Virgen Morenita del santuario, acompañada por monseñor Stanovnik; el rector del santuario, padre David Penzotti, el vicario general de la arquidiócesis, padre José Billordo y el padre Feliciano de los Mozos.
Con pañuelos, banderas, luces y fuegos de artificio, los fieles saludaron a la Virgen que descendió y recorrió el frente del templo, momento que contó con el acompañamiento musical de Neike Chamigo junto al padre Julián Zini.
Luego el arzobispo hizo una oración a la Virgen, pidiendo especialmente “el coraje y la audacia de decir siempre sí a Dios y a la vida”, y hoy “también nosotros y nuestros legisladores seamos valientes en salvar, cuidar y acompañar las dos vidas, la de la mamá y del bebé que crece en ella. ¡Con amor filial te decimos: ayúdanos Madre!”, suplicó.
La misa central fue presidida a las 12.30 en la basílica de Nuestra Señora de Itatí por el arzobispo Stanovnik. En su homilía destacó la figura de la Virgen, a quien “recurrimos confiados, porque sabemos que escucha las súplicas de sus hijos”, afirmó, y añadió: “Con ella tenemos la certeza de que la misericordia de Dios nos abraza, perdona y renueva nuestras fuerzas para perseverar en el camino del bien”.
“Aquí estamos sus hijos y sus hijas para renovar el compromiso de vivir como Ella quiere: en santidad y para santificar la vida. Ella nos encamina hacia el encuentro con su Hijo Jesús, para que encontrándonos con Él lo escuchemos y le hagamos caso. Jesús nos invita a ser ‘peregrinos de las bienaventuranzas’, es decir, caminantes convencidos de que la propuesta que nos hace Él, realmente nos conduce hacia una vida mejor, más humana y más plena”, señaló el prelado.
El arzobispo señaló además la importancia de “salvar las dos vidas”, asegurando que “un verdadero cristiano, una verdadera cristiana jamás estará de acuerdo en quitarle la vida a nadie, menos a un ser humano inocente, que no puede defenderse por sí mismo”.
“Al contrario, la propuesta cristiana es dar vida, porque ‘dando es como se recibe’ y no quitando. Esto lo decimos con mucha convicción porque lo hemos visto y experimentado en Jesús, que es a quien seguimos y a quien le creemos, como hizo María, su Madre y nuestra Madre”, recordó.
“Por eso, los que creemos en Jesús y somos devotos de la Virgen de Itatí nos sumamos a todos aquellos que proponen debatir y aprobar programas que atiendan a la madre vulnerable, sobre todo a las embarazadas adolescentes, y a todas aquellas que padecieron un embarazo no deseado. Y decimos ‘no’ rotundo a los proyectos que proponen la muerte como si fuera la solución para la vida”, sostuvo.
Monseñor Stanovnik llamó además a no dejarse engañar con propuestas que afirman que “es bueno, saludable y verdadero eliminar a una criatura en el vientre de su madre”.
“¿Por qué hay tanta resistencia a rescatar las dos vidas y tanta obsesión por eliminar una y dañar irremediablemente a la otra?”, planteó el prelado, y llamó a “hacer todo lo posible para salvar la vida de la madre y de la criatura que gesta en su seno”, expresando preocupación por “una posible ley que obligue a deshacerse cruelmente de la vida más débil e indefensa, como es la que está en gestación y aun en estados muy avanzados de su desarrollo intrauterino”.
“Peregrino de la Virgen: atención, porque el camino de la vida está plagado de tentaciones y de trampas, que pueden confundirte y desviarte de la senda del bien. Así como cuidás atentamente la dirección de la ruta que te lleva al Santuario de la Virgen, y no te entretenés en caminos laterales, que pueden aparecer más atrayentes que el penoso y sacrificado camino del peregrino, pero que te llevarían hacia otros rumbos, así también necesitás estar vigilante en el andar cotidiano para mantenerte fiel a tu condición de peregrino de la Virgen. Por eso, hay que andar con los ojos bien abiertos, chamigo, para ver dónde está el peligro; y al mismo tiempo, no hay que andar solo ni hacerle caso al que te viene con cuentos, haciéndote creer que podés ser feliz a corto plazo”, advirtió monseñor Stanovnik.
“Que María, tiernísima Madre de Dios y de los hombres, nos proteja a todos, e ilumine la mente de los legisladores y a los que nos gobiernan, para que sumen vidas y las cuiden a todas, especialmente las más débiles e indefensas, como lo hace todo hombre y toda mujer bien nacidos”, concluyó.+
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