Mons. Mestre “El Maestro y solo Él libera y rescata”

Mons. Mestre “El Maestro y solo Él libera y rescata”

Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA): En el Evangelio del domingo 1º de julio, monseñor Gabriel Mestre, obispo de Mar del Plata, reflexionó sobre las parábolas a las que describió como “relatos sándwich”, que se interrumpen para dar comienzo a otro, y luego continúan. Desde esta base, utilizó los habituales “tres puntitos” como base de su reflexión: fragilidad, búsqueda, médico.
Fragilidad, búsqueda y médico fueron las tres palabras que seleccionó monseñor Gabriel Mestre, obispo de Mar del Plata, para su reflexión del domingo 1º de julio, en el Evangelio de San Marcos. Lo describió como un “relato sándwich”, en el que los relatos se interrumpen para dar comienzo a otro, y luego continúan.

La ‘fragilidad’ de la enfermedad y la muerte
Comenzó monseñor Mestre hablando de la enfermedad y la muerte, que toca de cerca tanto a la niña como a la mujer adulta: “Es dramático porque una es niña y la otra padece la enfermedad desde hace mucho tiempo y ha luchado mucho sin poder obtener nada”, evaluó. Destacó el “contexto machista” de la época y cuánto esto perjudicó a cada una en su historia. “Las situaciones de las dos nos hacen tomar contacto con el límite de lo humano, con la fragilidad de la vida en sus múltiples expresiones”, señaló.

La ‘búsqueda’...
Describió este recurso como común denominador en ambos relatos: tanto a Jairo, el padre de la niña, como a la mujer adulta, los encontramos en el relato buscando. Del mismo modo, indicó el obispo marplatense, nosotros “somos invitados a estar siempre en búsqueda, a no quedarnos instalados en nuestras enfermedades y muertes. Mirar nuestras fragilidades y buscar caminos de solución y superación”, enseñó.

Jesús: el ‘médico’ divino
“La búsqueda tiene un punto de partida: la propia enfermedad y muerte, la fragilidad propia (mujer) o ajena (Jairo). Y tiene un punto de llegada: Jesús el médico divino”, anunció el prelado. De este modo, “el Señor es el único que puede sanar-salvar y dar la vida”, agregó. En el caso de la mujer, “(Jesús) le regala la dignidad al superar la vergüenza y la impureza religiosa y legal que generaba una enfermedad ginecológica en aquella época”, explicó. Al concluir, pidió al Señor por todos los fieles: “El Maestro y solo Él libera y rescata. Que podamos abrir nuestro corazón a la sanación-salvación que siempre nos otorga por misericordia Jesús, el médico divino”.+

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