Mons. D’Annibale llamó a seguir un camino de comprensión
“A veces Jesús habla con los fariseos, a veces con los discípulos, a veces habla con las mujeres, con sus apóstoles”, y en esta oportunidad, advirtió, Jesús se dirige “a aquellos que se tenían por justos y despreciaban a los demás”. En ese sentido, reconoció que esto “lamentablemente” sigue pasando, especialmente el “creérmela” que, consideró, “es una de las cosas más difíciles y más complicadas”, porque implica una actitud de soberbia.
“Entonces desde este lugar, Jesús a aquellos que se creen justos y desprecian a los demás, les pone esta parábola del fariseo rezando”. El fariseo, explicó el obispo, “cumple con la ley, y sin embargo no se fue justificado delante de Dios. En cambio el publicano estaba golpeándose el pecho, arrodillado y siciendo ‘Señor, soy un pecador, tené misericordia de mí, necesito cambiar, necesito ser diferente”.
“El segundo, que fue muy pecador, sí se fue perdonado, porque tenía un corazón disponible a recibir el perdón”, aclaró monseñor D’Annibale. “Aquí está la clave porque además en la oración del fariseo, que había hecho todo bien, ¿Dónde pisa el palito? Cuando dice: ‘Pero no soy como aquel que está en el fondo, yo no soy como aquel que está tirado ahí rezando’. Ahí está el tema: Cuando venís mostrando todo lo que hacés y demás, ahí despreciás al que se equivocó”.
En este Evangelio, consideró el prelado, “tenemos la capacidad de poder de descubrir por dónde tenemos que vivir como cristianos, cuál es el camino que nos toca para ser cristianos. Es el camino de la comprensión, es el camino de saber descubrir qué le pasa al que está al lado nuestro, es el de no despreciar, el de tener un corazón abierto, porque yo también tengo debilidades, yo también tengo pobreza, yo también me equivoco muchas veces”, señaló. +
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