Mons. Ojea valoró el trabajo realizado en el Sínodo para la Amazonía
La participación, afirmó el prelado, fue una verdadera experiencia del Espíritu. Hubo mucha oración y escucha, y consideró que el sistema de ir escuchando lo que decía cada obispo durante cuatro minutos y después de que hablaran cuatro personas aguardar otros cuatro minutos en silencio, fue excelente.
De esa forma íbamos elaborando, anotando y priorizando ideas. En los círculos menores, por ejemplo, nos juntábamos veinte padres sinodales, detalló.
El obispo de San Isidro hizo hincapié en el testimonio de los indígenas que fueron al Sínodo a contar cómo viven, compartirnos sobre la desertificación y la tala indiscriminada de árboles o decirnos qué significa el cambio climático para ellos.
Sobre el documento final, monseñor Ojea expresó que el trabajo que tuvo la comisión redactora fue muy grande y los desacuerdos estuvieron centrados en puntos parciales. También subrayó que se aprobaron ministerios laicales para la mujer: la dirección de comunidades y el ministerio de defensa de la Casa Común, entre otras cosas.
La propuesta enviada al papa Francisco propone que las mujeres reciban el acolitado y el lectorado, señaló, y consideró muy importante también la idea de que haya una Conferencia Episcopal para la región amazónica.+
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