Mons. Mestre: La auténtica religiosidad
La religiosidad del fariseo
La autocomplacencia, el narcisismo, la autoreferencialidad y la falsa seguridad, son características que describen la actitud del fariseo. Se trata de un ser humano que “manipula a Dios a tal punto que deja de ser Dios”, describió el obispo marplatense. El fariseo tiene una “religiosidad matemática”, es decir, piensa que “se salvará por el cumplimiento de determinados preceptos formales y exteriores”. Es una religiosidad “que hace acepción de personas y no acepta a los pecadores”, marcada por la “soberbia” y la “autosuficiencia”.
La religiosidad del publicano
Por su parte, la religiosidad del publicano “está bien orientada”, describió monseñor Mestre. Este reconoce su culpa sin tener una actitud “culpógena”, asume la debilidad y la falta humana “sin falsos pudores y abriéndose con humildad a la misericordia divina”. Esta es la verdadera religiosidad: “la que se presenta ante Dios con conciencia de límite y sabiéndose nada ante su inmensidad”. Esta religiosidad permite “a Dios ser Dios”.
¿En qué Dios creemos?
En el último punto, el obispo de Mar del Plata compara las dos actitudes de religiosidad “que expresan dos concepciones distintas de Dios y dos formas muy diferentes de vivencia de la fe”. “Las dos figuras nos desafían a preguntarnos, no solamente con cuál nos queremos identificar más, sino también, examinarnos en nuestra fe y descubrir en qué Dios creemos”, explicó monseñor Meste. Y al concluir expresó: “El Dios cristiano está siempre del lado del humilde, resiste al soberbio y al poderoso. El Dios cristiano rescata al que se descubre realmente necesitado de salvación”.+
Publicar un comentario