Mons. Arancedo: “El enfermo necesita y espera que lo asistamos y visitemos”
“No hablamos de la enfermedad sino del enfermo. Esto nos ubica en una relación personal con todo lo que ello significa de respeto a su vida y dignidad. Uno de los rasgos que vemos en Jesucristo es su cercanía con el dolor, con los que sufren, con los enfermos. Podemos decir que la cercanía con el enfermo es un tema evangélico, un camino que nos debe interrogar en nuestro seguimiento a Jesucristo en una de las obras de misericordia”, aseguró.
El prelado señaló que próximos a iniciar el Año Santo de la Misericordia, el papa Francisco recuerda “las obras de misericordias corporales y espirituales” y dice: “La predicación de Jesús nos presenta estas obras de misericordia para que podamos darnos cuenta si vivimos o no como discípulos suyos”.
Tras reconocer que “es una palabra exigente la que nos dirige Francisco”, porque “nos habla del nivel de nuestra fe y caridad como expresión de discípulos del Señor”, e indicó que “entre las obras de misericordia corporales se encuentra, entre otras, asistir a los enfermos”.
El arzobispo santafesino sugirió “útil” volver a leer el capítulo 25 del evangelio de san Mateo donde se habla de estas obras de misericordia y consideró que “es una página central del Evangelio”.
“Esto requiere que sepamos salir de nosotros para ir y ver a mi hermano, no quedarnos encerrados en nuestras preocupaciones, sino saber mirar y asistir al enfermo. Una palabra, una oración, una visita son gestos esperados y necesarios, son como ‘la caricia de Dios’, que el enfermo necesita y espera”, advirtió.
Monseñor Arancedo aseguró que “la certeza de que Dios no abandona a sus hijos es que nos ha enviado a su Hijo, Nuestro Señor Jesucristo para acompañarnos. Esta presencia y compañía de Jesús con el que sufre está llamada a prolongarse en cada cristiano que viva con autenticidad su fe. Cristo en ustedes, nos diría san Pablo, es la presencia del amor y la misericordia de Dios”.
“¡Cuánta riqueza evangélica de fe y amor en este mundo marcado por el individualismo, es descubrirnos como providencia de Dios para mis hermanos! Quiero valorar en esta Jornada la presencia de tantas enfermeras y enfermeros que con su mirada y cercanía al enfermo, son el testimonio de una humanización del dolor que nos ayuda y eleva como sociedad. Al hablar de estos temas siempre tengo presente la presencia ejemplar de la Virgen María junto a la cruz de su Hijo”, concluyó.+
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