Mons. Conejero: “La familia, misterio de amor, destinataria de la misericordia divina”

Mons. Conejero: “La familia, misterio de amor, destinataria de la misericordia divina”

Formosa (AICA): El obispo de Formosa, monseñor José Vicente Conejero Gallego, aclaró que el reciente Sínodo de los Obispos no planteó cambios en la doctrina sobre el matrimonio y la familia cristiana, pero sí “nuevas actitudes de la Iglesia, especialmente de sus pastores, con relación a las personas que viven múltiples y variadas situaciones familiares irregulares y, frecuentemente, dolorosas”. “La familia, misterio de amor, destinataria de la misericordia divina”, subrayó en su editorial.

El obispo de Formosa, monseñor José Vicente Conejero Gallego, aclaró que el reciente Sínodo de los Obispos no planteó cambios en la doctrina sobre el matrimonio y la familia cristiana, como era de esperar”, pero destacó que “por la insistencia del papa Francisco” sí surgen “nuevas actitudes de la Iglesia, especialmente de sus pastores, con relación a las personas que viven múltiples y variadas situaciones familiares irregulares y, frecuentemente, dolorosas”.

El acento está puesto, pues, en que hay que ‘salir al encuentro, acoger, no excluir, acompañar, consolar, perdonar, anunciar, exhortar, con misericordia, a la conversión y a la verdad, según el querer y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia’. En definitiva, la Iglesia tiene el deber y la obligación de ser continuadora de la misión de Jesús, enviado por el Padre Dios al mundo, no para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por medio de Él”, aseguró.

En su editorial en el periódico diocesano Peregrinamos, el prelado sostuvo que “es necesario, por tanto, poner de manifiesto la motivación, la finalidad y el por qué de nuestro vivir y de nuestro obrar” y subrayó: “El amor siempre es, y debe ser, el fundamento de todo, de nuestro ser y de nuestro actuar; claro está, el amor verdadero que proviene de Dios, que no es egoísta ni interesado, sino entrega y donación de sí mismo”.

Monseñor Conejero Gallego puso el acento en la “preciosa” homilía de la misa de clausura del reciente Sínodo, en la que el pontífice “al reconocer que las situaciones de miseria y de conflicto son para Dios ocasiones de misericordia, y de que hoy es tiempo de misericordia, abre las sendas, anticipándose ya de alguna manera, al Año Jubilar de la Misericordia, que él mismo iniciará el próximo 8 de diciembre, solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, y al cumplirse, también, el cincuentenario de la clausura del Concilio Vaticano II”.

“Con cuánta expectación aguardamos este tiempo de gracia para cada persona, para cada familia, para la Iglesia diocesana y universal, y para el mundo entero. Nuestro Padre Dios, rico en misericordia, a través de su Hijo Jesucristo, por quien nos vienen todos los bienes, y del Espíritu Santo, quiere manifestar su grandeza y bondad derramando abundante y generosamente su perdón y misericordia a todos. Pidamos a María, en este mes dedicado a Ella, su intercesión; a Ella, Madre de misericordia, para que vuelva siempre a nosotros sus ojos misericordiosos”, concluyó.+

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