Asesinato de dos sacerdotes mexicanos: “Fueron víctimas de una violencia inexcusable”
El pontífice envió sus condolencias a monseñor Trinidad Zapata, obispo de Papantla, a través de un telegrama firmado por el Secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin.
“Profundamente apenado al recibir la triste noticia del asesinato de los reverendos Alejo Nabor Jiménez Juárez y José Alfredo Suárez de la Cruz, párroco y vicario de la parroquia de Nuestra Señora de Fátima, de Poza Rica, el Santo Padre expresa su más sentido pésame a su excelencia, así como al clero, comunidades religiosas y fieles de esa querida diócesis, a la vez que ofrecerá sufragios por el eterno descanso de estos sacerdotes de Cristo, víctimas de una inexcusable violencia”, sostuvo.
Francisco manifestó “su firme condena a todo atentado a la vida y dignidad de las personas” y exhortó al clero y los agentes pastorales de la diócesis a “continuar con energía su misión eclesial a pesar de los obstáculos, siguiendo el ejemplo de Jesús el buen pastor”.
Asimismo, les transmitió a los familiares de las víctimas mortales su cercanía ante “tan dolorosa prueba”, e impartió a la comunidad la bendición apostólica “como signo de esperanza cristiana del Señor Resucitado”.
En tanto, la Conferencia del Episcopado Mexicano expresó su "dolor e indignación ante la violencia ejercida" contra los sacerdotes "que fueron privados de la vida" en Veracruz.
"En estos momentos de dolor, impotencia y tragedia provocada por la violencia", los obispos pidieron a las autoridades que realicen "el esclarecimiento de los hechos y la aplicación de la justicia contra los responsables".
Los sacerdotes Nabor y Suárez habían sido secuestrados y sus cuerpos fueron encontrados en un descampado al lado de una ruta, donde presentaban varios disparos de armas de fuego.
El sacristán del templo al que pertenecían los sacerdotes, quien también había sido secuestrado, logró escaparse y sobrevivió a la masacre.
Según el Centro Católico Multimedial, ya son 14 sacerdotes, un seminarista y un sacristán asesinados, así como dos sacerdotes desaparecidos en México desde que el presidente Enrique Peña Nieto asumió el mandato, en diciembre de 2012.+
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