“Los pesebres nos invitan a hacer sitio a Dios en nuestra vida y en la sociedad”, recordó el Papa
El pontífice les expresó su reconocimiento y agradecimiento y a los niños que decoraron el árbol con el apoyo de la “Fundación Lene Thun”, que anima los talleres de terapia con cerámica en distintos hospitales, les dijo que “las esferas de colores que realizaron representan los valores de la vida, del amor y de la paz que el Nacimiento de Cristo cada año viene a proponernos”.
Por otro lado, el pesebre “reproduce el paisaje de Malta y está completado por la tradicional cruz de Malta y por el ‘luzzu’, típica embarcación maltesa que destaca la triste y trágica realidad de los inmigrantes en los barcos hacia Italia”.
“En la experiencia dolorosa de estos hermanos y hermanas, vemos la del niño Jesús, que en el momento de su nacimiento no encontró alojamiento y nació en la gruta de Belén, y después fue llevado a Egipto para huir de la amenaza de Herodes”.
De este modo aseguró que los que visiten este pesebre “serán invitados a redescubrir el valor simbólico, que es un mensaje de fraternidad, de compartir, de acogida y de solidaridad”.
El pesebre y el árbol –señaló Francisco– forman un mensaje de esperanza y de amor, y ayudan a crear el clima de Navidad favorable para vivir con fe el misterio del Nacimiento del Redentor, “venido a la tierra con sencillez y mansedumbre”.
Dejémonos atraer –concluyó– con ánimo de niños, delante del pesebre, porque allí se comprende la bondad de Dios y se contempla su misericordia, que se hizo carne humana para ablandar nuestras miradas.+
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