Mensajes de los obispos por la solemnidad de la Inmaculada Concepción

Buenos Aires (AICA): En sus homilías y mensajes por la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, los obispos destacaron el “sí” sin condiciones de la Virgen, reflexionaron sobre el valor de la pureza, la alegría y el triunfo del bien sobre el mal, resaltaron su lugar de ¨madre de todas las madres¨ y aseguraron que los fieles le transmiten sus alegrías y tristezas porque confían en Ella.
En sus homilías y mensajes por la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, los obispos destacaron el “sí” sin condiciones de la Virgen, reflexionaron sobre el valor de la pureza, la alegría y el triunfo del bien sobre el mal, resaltaron su lugar de "madre de todas las madres" y aseguraron que los fieles le transmiten sus alegrías y tristezas porque confían en Ella.

Mons. Emil Paul Tscherrig (nuncio apostólico): “María, la madre inmaculada de Dios para nosotros, es virgen y esposa… Anunciando ese maravilloso encuentro de Dios con la humanidad, el Ángel la invita a la alegría. ‘Alégrate, le dice, porque en ti el Señor ha cumplido su antigua promesa de la venida del Mesías’. En su primera exhortación apostólica, el papa Francisco se hace eco de esta alegría cuando escribe: ‘Todo el mensaje evangélico es una invitación a la alegría. Esta alegría, dice el Papa, llena el corazón y la vida entera de aquellos que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento”.

Mons. Oscar Ojea (San Isidro): “Hoy es el día en que celebramos cuán cerca está Dios de la Virgen, qué llena de Gracia, qué llena de Dios es María. Dios la preparó desde toda la eternidad para ser la Madre y la liberó del pecado original, para que pudiera recibir, con sencillez, al Salvador… La Virgen es la criatura más perfecta que nosotros podemos presentarle a Jesús… María no se alejó de nosotros por estar cerca de Dios, al contrario, al estar cerca de Dios, al ser inmaculada estuvo y está más cerquita de cada corazón, de cada problema, de cada angustia y de cada esperanza. Que podamos celebrarla juntos, en familia, en la familia diocesana que tanto la honra”.

Mons. Luis Urbanc (Catamarca): “Cuando aguardamos la venida del Redentor que vino a librarnos de nuestra miseria, levantamos los ojos hacia su Madre, y nos llenamos de gozo al recordar los privilegios y las grandezas de la Madre de Dios… María es la predestinada, la escogida, la Purísima, la siempre presente en los decretos divinos y creada en la santidad y la justicia, la llena de gracia y bendita entre todas las mujeres... El Adviento es el tiempo mariano por excelencia, porque nadie como la Virgen, ha estado en el ápice de la expectación del Salvador”.

Mons. Antonio Marino (Mar del Plata): “María es también nuestra Madre, ella es una criatura humana, pero sobre ella está la Trinidad, y debajo de ella todo el universo, incluso los ángeles y los santos. Es lo más hermoso, lo más puro y esto en lugar de distanciarla de nosotros, la aproxima, porque ella tiene un corazón enorme como el mundo y ahí entramos todos nosotros. Ella tiene cuidado de cada uno de nosotros y quiere que seamos fieles discípulos de su Hijo Jesús. Nos deja ejemplo y nos socorre con su intercesión, porque ella vive pidiendo siempre a Dios, al padre, por su Hijo Jesucristo; que tengamos el socorro de la gracia para no incurrir en error, en pecado. Eso es lo que hoy celebramos”.

Mons. Juan Rubén Martínez (Posadas): “Hoy es un feriado importante para todos y eso es porque nuestro pueblo es fuertemente mariano. Es importante celebrar y además es muy lindo celebrar a María en este tiempo. Ella tiene un protagonismo especial. Dios eligió a María, la eligió como mujer. Hoy celebramos a María del Adviento… Por eso es importante recordar que Dios la preservó desde siempre, preservó su seno. Hablamos de la Inmaculada y hablamos de la pureza de su vientre. Hoy muchas veces no se habla de esto y terminamos de dejando de lado el valor de la pureza, todo por una sociedad muy consumista que comercializa muchas cosas”.

Mons. Vicente Conejero Gallego (Formosa): “María, madre de Jesús y de la Iglesia, brilla siempre suave como una estrella, llena de gracia y de consuelo, de discreción y de docilidad a la acción del Espíritu Santo. Ella nos enseña a vivir con alegría serena y a ser agradecidos a Dios, cantando sus grandezas y proclamando su misericordia con los hombres a lo largo de la historia; María transmite fortaleza y nos da esperanza en medio de las pruebas de este mundo, porque reconoce que Dios no se olvida nunca de los pobres, a quienes hace justicia, dispersando a los soberbios de corazón y derribando del trono a los poderosos”.

Mons. Pedro Martínez Perea (San Luis): “Que la Santísima Virgen nos enseñe a decir: Señor aquí estoy, para seguir su plan de amor… Dios preservó a María del pecado original, en atención a la encarnación de Jesucristo, Salvador del género humano. Así, la Mujer pulcra e inmaculada, vestida de sol con la luna a sus pies que pisan la serpiente, nos señala el triunfo de la gracia”.

Mons. Oscar Miñarro (auxiliar de Merlo-Moreno): “A cada uno de los que estamos acá, ahora, María nos dice lo mismo que ella escuchó de Dios y lo mismo que ella le habrá dicho a Jesús, a cada uno de nosotros nos dice: ¡Alegrate, porque tu Vida es para que sea una Vida digna, porque tu Vida tiene que ser plena, porque Dios sueña para vos una Vida feliz! ¡No temas, no temas a aquello que te quiere entristecer, angustiar, a aquello que te quiere quitar la esperanza, a aquello que te quiere quitar la sonrisa, aquello que te quiere quitar las ganas de pelear la Vida cada día!”.+

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