“El Espíritu Santo nos anima sobre todo con el aporte del acontecimiento y documento de Aparecida y en nuestra diócesis con la gracia de integrar rápidamente dicho documento en nuestro primer Sínodo Diocesano que nos dio como fruto las ‘Orientaciones Pastorales’. La providencia ha obrado en la persona de nuestro papa Francisco para impulsarnos decididamente en la misión”, sostuvo en su carta semanal.
El prelado sostuvo que durante los próximos años la comunidad diocesana se propuso “acentuar la conversión, comunión y misión. Ser una Iglesia abierta, atenta a los problemas y desafíos de este inicio de siglo, desde un seguimiento más profundo como discípulos de Jesucristo, el Señor”.
“Este es un gran don. En este tiempo buscaremos asumir y concretar dichas orientaciones pastorales, sabiendo que no faltarán cruces y sufrimientos para cumplir el mandato de la evangelización”, destacó.
“Quizás una de las mayores dificultades en la acción evangelizadora sea una rutina sin conversión y sin Pascua, que lleva a una falta de fervor expresada en la fatiga y desilusión de los discípulos, en el acomodamiento al ambiente y en el desinterés, en la falta de alegría y esperanza”, advirtió.
Monseñor Martínez indicó que sobre esto el papa Francisco subraya en la exhortación apostólica Evangelii gaudium que “el evangelizar llena de gozo el corazón del discípulo: ‘La Iglesia en salida es la comunidad de discípulos misioneros que primerean, que se involucran, que acompañan, que fructifican y festejan’”.
“Como la mujer cananea que nos presenta el Evangelio queremos acercarnos a Jesús con humildad y con fe, pedir ser sus testigos y primerear en el amor y en el servicio”, concluyó.+
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