Mons. Aguer: La Iglesia tiene la autoridad que siempre tuvo

Mons. Aguer: La Iglesia tiene la autoridad que siempre tuvo

La Plata (Buenos Aires) (AICA): ¨Por favor, no nos vengan a correr con la vaina de los curas pedófilos, porque la Iglesia tiene la autoridad que siempre tuvo y puede con toda dignidad seguir diciendo lo que dice”. Con esta frase concluyó su reflexión semanal televisiva del sábado 12 de agosto el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, que dedicó, precisamente, al problema de la pedofilia en algunos sacerdotes.
"Por favor, no nos vengan a correr con la vaina de los curas pedófilos, porque la Iglesia tiene la autoridad que siempre tuvo y puede con toda dignidad seguir diciendo lo que dice”. Con esta frase concluyó su reflexión semanal televisiva del sábado 12 de agosto el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, que dedicó, precisamente, al problema de la pedofilia en algunos sacerdotes.

“Últimamente he observado -comenzó diciendo el prelado platense- que, en distintas circunstancias, mucha gente le niega autoridad moral a la Iglesia, por ejemplo, por hacer alguna crítica de las costumbres y dicen: “en la Iglesia lo que tendrían que resolver es su problema" porque "todos los curas son pedófilos”, aludiendo así al reciente dicho de un conocido periodista.

El arzobispo prosiguió diciendo que, en general, "la gente no cree en el celibato del clero a lo mejor porque se enteró de que algún cura no cumplió con su juramento; entonces esa caída la extienden a toda la corporación clerical. Ahora lo mismo: sin duda hubo sacerdotes pedófilos que cometieron esos crímenes abominables. Lo que no suele decirse es que existe un protocolo de la Iglesia, muy severo, por el cual se los juzga y se los castiga, independientemente de la suerte corrida por los culpables en los juicios penales entablados en tribunales seculares. De hecho conozco casos de sacerdotes que han sido expulsados del estado clerical a causa de ese crimen”.

“Con notable frivolidad -destacó- se vulgarizan las opiniones y entonces hay gente que dice: 'todos los curas son abusadores'; en ocasiones me llegaron comentarios de este tenor: 'Qué derecho tiene la Iglesia a hablar de esto o aquello; primero que resuelva el problema interno que la afecta'. Lo cierto es que la Iglesia lo está resolviendo, es decir, no mira para otro lado, sino que lo afronta con decisión”.

En seguida monseñor Aguer invita a consultar las estadísticas. ¿Qué porcentaje de los abusos que se conocen y se judicializan son cometidos por sacerdotes? ¿Llegará al 1 por ciento? Estoy seguro de que es incluso menor. ¿Dónde ocurre por lo general ese crimen? Ocurre en el entorno familiar, si se puede llamar familiar; lo que ya no es familia, donde el hecho aberrante lo produce el padrastro del chico o la chica, o la expareja de la madre y hasta hemos escuchado que es el papá de la criatura o el hermano mayor o el primo o el vecino de al lado. No los curas. Si se toman en cuenta las estadística eso queda bien claro”.

“Pero lo cierto -aseveró- es que se va creando una especie de ficción que se hace general y surge la frase: 'Todos los curas son abusadores'. No es así. Esto no significa que no reconozca que en la Iglesia hay santos y pecadores y que esto ha ocurrido desde el principio. Jesús lo enseñó muy bien a la multitud que lo seguía y escuchaba".

Aquí monseñor Aguer recordó la parábola del trigo y la cizaña, en la que un hombre sembró trigo en su campo pero el enemigo, cuando todos dormían, sembró cizaña. Crecen el trigo y la cizaña y entonces los peones se alarman, le cuentan al dueño lo que ocurre y le urgen: ¡hay que arrancar la cizaña! El dueño les pide que esperen, que ahora no es el momento; les explica que es mejor dejar que crezcan juntos porque si los quieren sacar en esa instancia del crecimiento corren el riesgo de arrancar juntos el trigo y la cizaña. ¡Esperemos al momento de la cosecha, que entonces se distinguirán bien! Y finalmente llega el momento de la cosecha”.

“Ciertamente -expresó el arzobispo platense- existen casos en la Iglesia de algunos curas abusadores. Pero ¡cuidado, son algunos! no todos los curas son abusadores. ¿Y cómo se arregla eso? Se arregla con las medidas que la Iglesia toma, que como dije son muy severas, pero el mal no se va a desarraigar por completo ni de la sociedad, ni de la misma Iglesia. La Iglesia está formada por justos y pecadores, como en la sociedad están mezclados los justos y los pecadores. La discriminación (perdón por usar esta palabra maldita) algún día quedará bien en claro y cada uno de nosotros tendría que ir poniendo las barbas en remojo, por las dudas”.

Tras ofrecer otra imagen evangélica, monseñor Aguer concluyó su reflexión: “Así son las cosas, así es la vida y hay que reconocer que esta es una verdad, una realidad fundamental. Pero, por favor, no nos vengan a correr con la vaina de los curas pedófilos, porque la Iglesia tiene la autoridad que siempre tuvo y puede con toda dignidad seguir diciendo lo que dice. Son palabras de advertencia y de salvación”.+

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