Mons. Barbaro destacó el interés y la entrega de San Roque por el prójimo
En la homilía, el obispo reflexionó sobre la importancia de ayudar al que necesita: “Tenemos un solo corazón para amar; con el mismo corazón que amamos a Dios también amamos a los demás. Si nuestra actitud hacia el prójimo evidenciara egoísmo, ¿cómo podemos afirmar que nuestra disposición hacia Dios es generosa y entregada? Podremos tener una actitud cordial con Dios, de no rechazo, o de un simple cumplir algunas exigencias cristianas. Pero un corazón cerrado por el egoísmo no es capaz de amar ni a Dios ni a los demás: ambos amores van juntos porque salen del mismo corazón”.
“Dios nos dice por boca de Isaías que de nuestra entrega a los demás depende que nos conceda todo lo bueno que necesitamos en esta vida y para alcanzar la salvación eterna. Y dice claramente que si somos generosos con el prójimo, al pedir algo a Dios escucharemos su respuesta: ‘acá estoy, camino a tu lado, te guío’”, expresó.
“Tenemos mucha necesidad de la ayuda de Dios. El Señor quiere dar con creces todo lo que más nos conviene, pero nos esté pidiendo que examinemos primero nuestra conciencia para ver si nuestra generosidad con el prójimo nos hace acreedores de tantos bienes”, afirmó el prelado e invitó a “mirar tu actitud con la propia familia: ¿estás primero vos o están primero los demás? ¿Sabés descubrir las necesidades y darte sin pensar en vos mismo o en vos misma, o vivís pensando en tus derechos? ¿Buscás tu felicidad en la felicidad de los demás, en darte a ellos, o en gustos o caprichos personales?”.
Para finalizar, Monseñor Barbaro destacó cómo el Santo Patrono vivió siempre atendiendo a los más necesitados: “San Roque era muy sensible a las necesidades de los demás. Dejó su buen pasar -su familia tenía medios económicos- para ocuparse de los enfermos víctimas de la peste. Era tal su interés y entrega, que Dios lo escuchaba: con su oración y la señal de la cruz trazada sobre la frente de los enfermos lograba que algunos se sanaran. Cuando se ama se está dispuesto al sufrimiento, los egoístas no saben amar; San Roque amaba mucho y no le importó sufrir el contagio de la peste”.
“En esta novena hemos pedido mucho por las vocaciones. Que a través de nuestro Patrono San Roque, el Señor mueva el corazón de muchos jóvenes, que experimenten la maravilla de ser llamados por Dios, que no se cierren a esa invitación de Cristo a ser presencia suya en este mundo, llevando a todos el mensaje de salvación, la Vida de Dios a través de los Sacramentos, el consuelo y el amor de Dios por cada uno”, concluyó.+
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