El fragmento, que corresponde a la cabeza de la Virgen con algunos rastros del fuego, es lo que quedó de la estatua originaria, destruida por la explosión nuclear y es considerada un recuerdo histórico y casi una reliquia.
La procesión fue el cierre de los actos de la jornada, iniciada en la mañana con una ceremonia que tuvo su culmen a las 11.02, hora en que fue liberada la bomba, con un minuto de silencio, mientras se escuchaba el toque de campanas.
La bomba destruyó la ciudad y la misma catedral católica de la Inmaculada, también conocida como la iglesia de Urakami, lugar donde se levantaba.
En la ceremonia, el intendente de Nagasaki, Tomihisa Taue, dijo que la situación internacional en relación a las armas nucleares se está tornando cada vez más tensa y una fuerte sensación de ansiedad se está propagando por el globo porque en un futuro no lejano estas armas podrían seguir siendo utilizadas. La referencia es a la creciente tensión entre los Estados Unidos y Corea del Norte, y a las amenazas recíprocas de usar armas letales para atacar Pyongyang y Guam.
La amenaza nuclear agregó Taue- no terminará en tanto las naciones continúen diciendo que las armas nucleares son esenciales para su seguridad nacional.
Él invitó al premier a firmar el tratado para la prohibición de las armas atómicas, que fue presentado por 122 países ante las Naciones Unidas el pasado 7 de julio, luego de negociaciones en las cuales el Japón (en calidad de aliado de los Estados Unidos) se negó a participar. Todas las grandes potencias nucleares han desestimado el documento.+
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