El desafío del Episcopado: Animar al diálogo y cerrar “la grieta” entre los argentinos
El prelado planteó la necesidad urgente de “animar el diálogo entre los argentinos”, buscar consensos y cerrar la denominada “grieta” que divide a los argentinos y “duele muy profundamente”.
-¿Hacia dónde caminamos como Iglesia en la Argentina?
- Como Iglesia en la Argentina queremos acompañar el Magisterio del papa Francisco, ser una Iglesia en salida, cercana a los más pobres. El Papa tiene una linda imagen referida a esto cuando afirma en la exhortación apostólica ‘Evangelii Gaudium’ que prefiere una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades.
Debemos acompañar de cerca las diversas realidades del pueblo argentino, sus dolores, anhelos, búsquedas, viviendo como Iglesia la intensa experiencia de ser pueblo de Dios.
-¿Qué desafíos se plantea el Episcopado en ese camino?
-Los desafíos que se le plantean al Episcopado son grandes: querer ser una Iglesia en salida nos desinstala, nos hace entrar en contacto con las realidades más complejas pero, como dice Francisco, la vida se nos complica maravillosamente. Como pastores, saber que a veces iremos delante del rebaño, otras veces en medio y otras detrás de las ovejas confiando en su olfato.
Tenemos también el enorme desafío de animar al diálogo entre los argentinos, convocar a la búsqueda de consensos y a cerrar la llamada “grieta” entre los argentinos, que para los cristianos es una herida porque duele muy profundamente.
-¿Cuál es el papel de los laicos en una “Iglesia misterio de comunión misionera”?
-El papel de los laicos en una Iglesia de comunión misionera es doble, como lo dice la definición: construir la comunión, buscar lo que nos une, cerrar heridas, convocar al diálogo, ayudar en todos los ambientes a reconocernos como hermanos, a respetar nuestras diferencias sin agresiones y violencia. Y misionera, es decir, ser levadura en la masa, meterse de lleno en la realidad, ser fermento de transformación, especialmente en los ámbitos más difíciles, laicos creativos y audaces.
-Un mensaje para la Acción Católica…
-Les pido que se animen a este gran desafío de ser una Iglesia en salida, laicos misioneros, en el mundo del trabajo, de la educación, de la política. Ser misioneros insertos en la sociedad, que hagan visible el amor de Dios y la solidaridad fraterna con los que más sufren. Y tender puentes, protagonistas de la cultura del encuentro.+
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