El prelado llamó a tener en cuenta el ejemplo de “un Dios grande que se hace pequeño, un Dios rico que se hace pobre, un Dios lejano que se hace muy cercano… se hace palabra, y por lo tanto se hace diálogo” y consideró que “sería muy lindo que esta lección pudiéramos encarnarla y vivirla en los acontecimientos de cada día”.
El obispo castrense manifestó la necesidad de que prevalezcan los espacios de diálogo y la construcción de la paz a nivel país: “ A quien recibimos es al príncipe de la paz, y en este tiempo que la paz social estuvo quebrada y hemos contemplado tristemente tanta violencia, la Navidad nos da la oportunidad de pacificar el corazón y de transitar por caminos de racionalidad”, afirmó, y advirtió que “nunca con la violencia, ni con piedras ni con palos, alcanzaremos lo que buscamos”.
Monseñor Olivera reafirmó su compromiso de construir puentes, enfatizó que "nunca más el autoritarismo" debe tener lugar en la sociedad argentina y subrayó que "siempre el diálogo debe ser el puente para cerrar las zanjas”, que a veces están incluso en los corazones.
El obispo aseguró que observa con tristeza y preocupación lo ocurrido ante la desaparición y falta de datos concretos del submarino ARA San Juan, y contó que se están realizando desde la Iglesia castrense tareas de acompañamiento con los familiares de los tripulantes. Además, aseveró que "las Fuerzas Armadas tienen que recuperar la mayor dignidad" e hizo hincapié en que "los actuales integrantes no son de la dictadura, y aman a la patria".
Navidad en la cárcel
Monseñor Olivera celebró la Navidad con los internos del Penal de Campo de Mayo y del Hospital en el Complejo 1 de Ezeiza. Allí presidió la misa de Navidad y compartió ese día con los hermanos privados de la libertad. +
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