El mensaje de Navidad conjunto lleva las firmas del obispo de Santiago del Estero, monseñor Vicente Bokalic CM; el obispo auxiliar de Santiago del Estero, monseñor Enrique Martínez Ossola, y el obispo de Añatuya, monseñor José Melitón Chávez.
“Nos toca celebrar esta Navidad como argentinos hoy. Tenemos que hacerle un lugar a Jesús. Y nos sorprende nuevamente así, enfrentados, sin haber aprendido a recorrer el camino del diálogo maduro para resolver nuestros problemas, situando nuestra mirada en los más pobres, en los más frágiles”, expresaron.
“La Navidad es la muestra de que es posible recorrer los caminos más difíciles y casi inalcanzables para ese diálogo. Dios se hizo hombre, el cielo se ha unido a la tierra. Dios se ha revestido de nuestra humanidad herida por el pecado. Toda distancia se puede acortar para encontrarse con el otro buscando la paz, que nace de la justicia, de la verdad, del respeto por el otro como criatura e hijo de Dios”, sostuvo.
Los prelados santiagueños advirtieron que “no se puede encontrar la verdad y la justicia con una piedra en la mano o disparando un arma, ocultando el rostro, olvidando que somos hermanos. No podemos encontrarnos como hermanos si seguimos descalificándonos con esa nueva forma de violencia que son los mensajes agresivos y tendenciosos que dejamos en las redes sociales”.
“Navidad es ocasión para bajar las armas, soltar la piedra que tenemos en la mano, disponernos que Dios nos limpie el corazón de todo interés mezquino, de toda soberbia. Vayamos al encuentro del otro. Como Jesús que se atrevió acercarse a nosotros totalmente indefenso para hacer nuevas todas las cosas”, pidieron.
Los obispos llamaron a los santiagueños a preguntarse delante de Jesús “por qué tanta violencia, por qué tan poco aprecio por la vida ajena o propia, por qué tanta desigualdad entre los pueblos y familias, por qué el abandono de los adolescentes y jóvenes sin futuro aparente”, y sugirieron: “Hagamos un lugar a Jesús, por el diálogo y el encuentro sincero y hagamos posible una paz auténtica”.
“Queremos alentar y bendecir la entrega cotidiana, muchas veces silenciosa de tantos voluntarios que día a día dan su tiempo y su vida para concretar el sueño de una vida mejor para sus hermanos. Bendecimos y alentamos el testimonio de tantos bautizados y personas de buena voluntad que con su trabajo y su esfuerzo están construyendo la paz. Que nada los desanime. En este camino nos acompañan y bendicen Jesús, María y José. ¡Feliz Navidad! y bendito Año Nuevo, concluyeron.+
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