"Cuando abrimos el corazón a Dios y a los hermanos sentimos que nuestro pecho se ensancha y es capaz de albergar otras vidas más desfavorecidas o atravesadas por el dolor o la angustia existencial. En los últimos días cuánta gente he visto amargada ante tanta violencia, abuelos tristes por no saber cómo será el porvenir, enojos y desencuentros", sostuvo delante del gobernador provincial Sergio Uñac y otras autoridades.
El prelado advirtió que “como en toda familia, la alegría no es completa cuando una parte de ella atraviesa situaciones de dolor”, por lo que exhortó a ampliar “el corazón al mundo, a los países que padecen guerra, persecuciones, desplazamientos”.
Monseñor Lozano también pidió mirar a la Virgen, al asegurar que ella “es la que sabe transformar una cueva de animales en la casa de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de ternura”.
“Cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes”, agregó citando la exhortación apostólica Evangelii gaudim.
“En cada Navidad Dios nos vuelve a mostrar su ternura, la fuerza renovada y renovadora de su amor sin límites por cada uno de nosotros, y nos convoca a recibirlo en nuestros hermanos. Abramos el corazón a su venida”, concluyó.+
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