Mons. Dus repasó lo acontecido en la arquidiócesis en 2017
Para empezar, el prelado recordó la prioridad pastoral que se tuvo en cuenta este año: acompañar a las familias a la luz de Amoris Laetitia. Como conclusión, reconoce que los aportes pastorales “han fortalecido la razón de la esperanza en nuestras familias”, que “buscan siempre rescatarse a partir de la fe y con su compromiso de vida”.
Respecto a la defensa y protección de la vida, destaca que durante este año ha cobrado más énfasis “por el compromiso de responder a las demandas de las familias y personas que sufren por la presencia de miembros afectados por adicciones”.
Por otro lado, menciona las Jornadas del Presbiterio, en la que participaron los sacerdotes de la arquidiócesis : “El fruto de esos días se palpó en una renovada fraternidad y en entusiasmo misionero por servir a nuestra gente y nuestra patria”, afirma.
Finalmente y en cuanto a la Pastoral Social, señala que ha tomado impulso durante el año que culmina la conformación de la Mesa Grande, integrada por Cáritas, Pastoral de los Trabajadores, Justicia y Paz, y la Secretaría de Pastoral Social arquidiocesana. En este sentido, y recordando el espíritu evangélico demostrado tras el Encuentro Nacional de Mujeres, el arzobispo reafirma una posición “abierta al diálogo, al rechazo a todo tipo de violencia, a la tolerancia y a la amistad social”.
Por último, y en vistas al año que comienza, monseñor Dus anuncia el Año Vocacional Arquidiocesano “para descubrirnos todos – sacerdotes y fieles laicos, consagrados y familias, jóvenes y también nuestros ancianos, como pueblo convocado por el Señor para estar cerca de la vida de la gente, hasta el punto de descubrir que esta cercanía es fuente de una alegría que ilumina la vida y la llena de sentido”.
“Nuestra presencia de cristianos en medio de la gente y de la sociedad nace de una pasión por Jesús que al mismo tiempo es una pasión por su pueblo. Así - cualquiera sea nuestra vocación o lugar en el mundo- Él nos llama para llegar y estar cada vez más cerca de su pueblo amado. Nos toma de en medio del pueblo y nos envía al pueblo. Por esta razón nuestra identidad no se entiende sin esa doble pertenencia: a Jesús y a su pueblo”, concluye, marcando el horizonte del camino eclesial que comienza en 2018.
Texto completo de la carta.+
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