Visitas navideñas de Mons. Canecín a presos y ancianos
La visita se llevó a cabo el 21 de diciembre, y luego de su encuentro con los hermanos privados de la libertad, el prelado celebró misa con el personal penitenciario, a quienes señaló la necesidad de formar equipos de visita a los presos.
Finalizada la actividad, el obispo compartió la experiencia: Recordó que al poco de tiempo de su llegada a la diócesis de Goya, su primera misa pública fue en esa unidad carcelaria. “Yo quise celebrar mi primera misa en lo que el mismo papa Francisco llama periferia existencial”, relató. A partir de ese momento, visitó el lugar en varias ocasiones, agregó.
El prelado comentó también que, cuando visita otros departamentos del interior de la diócesis, procura siempre llegar hasta las comisarías “y siempre visito a personas detenidas”, afirmó.
Durante la misa en la Unidad Penal meditaron “los misterios del Adviento y de la Navidad” comentó monseñor Canecín, y consideró que el personal que trabaja en ese servicio “sea cual fuere la función que les toca o la circunstancia, también tienen que vivir este misterio”.
El prelado visitó el pabellón donde están alojados los más jóvenes y también a ellos los invitó a vivir el misterio de la Navidad porque “también para ellos es Buena Noticia”, ya que “aquel que nace en la Navidad nos dice ‘Yo soy la verdad y la verdad los hará libres’”.
“Invité a mis hermanos presos a tener una actitud profunda de fe” dijo el pastor de Goya, que en su diálogo con los internos alojados en esa penitenciaría compartió varios testimonios de sus experiencias con los privados de libertad, y recordó un retiro espiritual en el que permaneció tres días conviviendo con los internos de la Unidad Penitenciaria 10 de Formosa.
“Allí (en la cárcel) los muchachos que lograron encontrarse con Jesucristo, como Él es la Verdad, lograron una libertad interior que nada ni nadie les puede quitar” y cuando la justicia consideró que “podían volver a tener la libertad de movilidad y habían terminado de purgar la pena, salieron y se integraron a sus familias, a la sociedad y a la Iglesia” convirtiéndose en “anunciadores del Evangelio” señaló monseñor Canecín.
El obispo animó a los reclusos para que “en esa circunstancia que ellos están viviendo” se dispongan a “recibir a este Dios que se hace Niño en Belén, porque él es la verdad, la luz y la paz. En cualquier circunstancia que los seres humanos estemos podemos recibir al Señor y Él sigue siendo buena noticia”, destacó.
Equipos parroquiales
Monseñor Adolfo Canecín integra la Comisión Episcopal de la Pastoral Penitenciaria de la CEA, e invitó a los fieles a "no ser indiferentes" a esta realidad de la diócesis: la cárcel. El prelado convocó a servir desde la organización de una pastoral carcelaria en cada parroquia y con la oración.
Además, hizo un fuerte llamado a los sacerdotes y animadores de las comunidades de la Diócesis de Goya para “potenciar” la Pastoral Penitenciaria, cuyo asesor diocesano es el presbítero Diego Villalba. Los llamó a “armar equipos donde se integren presbíteros, diáconos, religiosas, consagradas, laicos” y pidió a cada sacerdote en cuya jurisdicción hay una comisaria y allí hubieren detenidos, “que atiendan a los que están dentro de su jurisdicción parroquial”, para que así como existen otras áreas de pastoral esté presente la pastoral carcelaria, porque el “mismo Jesús dijo 'estuve preso y me visitaste'”.
Visita al hogar
Con motivo de la Navidad, el 24 de diciembre el obispo celebró la misa y luego compartió el almuerzo con los abuelos del hogar de ancianos San José. El prelado fue recibido por la directora y por la comisión de amigos del hogar, y destacó que "ellos celebran al mediodía por que se van a descansar temprano".
El obispo les expresó su cercanía y los ayudó a reflexionar sobre el misterio de la Navidad, que este año "en nuestra diócesis celebramos con el lema 'Navidad: Modelo y Escuela de la Cultura del Encuentro'", transmitiendo su mensaje de amor, de fe y de esperanza.
Monseñor Canecín sostuvo que "una de las cosas más bonitas de la vida es dejarse acariciar por un abuelo o una abuela”, y recordó que el papa Francisco que tiene una especial predilección por los abuelos: "No son sólo las palabras, son también los gestos", afirmó.
En cada visita al Hogar de Ancianos, el obispo no pierde oportunidad de saludarlos o detenerse para escucharlos porque "los abuelos aportan una experiencia insustituible", consideró."Recemos por nuestros abuelos, nuestras abuelas, que tantas veces han tenido un papel heroico en la transmisión de la fe", pidió.
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