El obispo de Posadas a los nuevos sacerdotes: “Silencio, oración, contemplación”
La misa fue concelebrada por sacerdotes del clero local y de las diócesis vecinas de Oberá y de Encarnación (Paraguay), de la que es originario el presbítero Benítez Martínez.
También estuvieron presentes los estudiantes del Seminario Diocesano Santo Cura de Ars, y los diáconos permanentes de la diócesis.
Durante la homilía, monseñor Martínez recordó la importancia del llamado y de decir que sí con un corazón dispuesto al servicio y al amor a la comunidad.
“Ellos hace muchos años experimentaron el llamado al sacerdocio y fueron experimentando el llamado en sus vidas por gracia de Dios. Hoy podemos decir que hay muchas experiencias en el corazón de ellos, que siguen respondiendo a este llamado”, destacó.
“Queremos de manera especial agradecerle a Dios que hoy estemos acá como pueblo de Dios, queremos agradecerle a los hermanos sacerdotes, en realidad hoy tenemos que decir un gracias grande, un gracias enorme a Dios”, afirmó.
El prelado reconoció que “las demandas a los sacerdotes son muchas por eso tenemos la necesidad de ser más contemplativos”, por lo que citó al cardenal Eduardo Pironio, quien en un libro expresaba: "En la caridad pastoral encuentran su sentido hoy algunas exigencias para los sacerdotes: ser contemplativos, la obediencia y el celibato hay valores absolutos que no pueden ser perdidos como el silencio, la oración, la contemplación”.
“Estos valores exigen ser vividos de una manera más honda y más encarnada en el mundo. Solo en el silencio se engendra la Palabra. Solo la oración y la contemplación nos capacitan para entender al hombre”, sostuvo.
“A los sacerdotes les falta el silencio y es necesario para asimilar lo que debemos afrontar. El sacerdote debe amar la fecundidad del silencio. Solo es fecundo el silencio que termina en la Palabra”, agregó.
Monseñor Martínez les recordó que el llamado es a evangelizar y a ser como el Buen Pastor y puntualizó: “El buen pastor da la vida, su vida por la oveja extraviada. Se la carga al hombro. El pastor le dice a sus ovejas: ‘Aquí estoy, yo mismo cuidare de mí rebaño’”.
“No es fácil seguir a Dios en una época tan materialista pero hay muchos que tienen gestos reales, en nuestro pueblo nos enseña tanto y los sacerdotes somos llamados a servirlo. Hay jóvenes que experimentan el llamado y le dicen que sí como lo dijeron César y Juan”, valoró.+
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