Emotiva visita del Papa a la Casa de la Misioneras de la Madre Teresa en Daca

Daca (Bagladés) (AICA): En el marco de su visita apostólica a Bangladés, el papa Francisco realizó hoy sábado 2 de diciembre, -última jornada de su viaje al sudeste asiático-, una emotiva visita en forma privada, a la “Casa de la Compasión”, en el barrio de Tajgaon de Daca, que atienden las Hermanas Misioneras de la Caridad, más conocidas como las hermanas de Madre Teresa. El pontífice se recogió en oración en la vecina iglesia del Santo Rosario y luego recorrió las instalaciones, saludó y conversó con las religiosas, así como con los enfermos, ancianos, niños y necesitados que atienden las religiosas
En el marco de su visita apostólica a Bangladés, el papa Francisco realizó hoy sábado 2 de diciembre, -última jornada de su viaje al sudeste asiático-, una emotiva visita en forma privada, a la “Casa de la Compasión”, en el barrio de Tajgaon de Daca, que atienden las Hermanas Misioneras de la Caridad, más conocidas como las hermanas de Madre Teresa.

El pontífice se recogió en oración en la vecina iglesia del Santo Rosario y luego recorrió las instalaciones, saludó y conversó con las religiosas, así como con los enfermos, ancianos, niños y necesitados que atienden las religiosas

Agarrado de la mano de dos niñas pequeñas, el Santo Padre recorrió las instalaciones acompañado de los cánticos y gritos en español de “viva el Papa” de la gente que allí le esperaba para recibirle con entusiasmo. En su recorrido el pontífice se detuvo de forma especial en la sala en la que atienden a niños con discapacidad. El Papa habló con ellos y les proporcionó palabras de aliento.

En la casa de Tejgaon trabajan 6 misioneras. En Daca hay 8 hermanas, 99 en todo Bangladés. Reciben a los pobres musulmanes, hindúes, budistas, cristianos. “No nos interesa que los necesitados se conviertan, queremos sólo servirlos”, explicó la hermana María Therese Ávila, la superiora de la casa.

Por el momento, la estructura recibe a 12 niños discapacitados y pobres de la calle, “a menudo huérfanos o abandonados por las familias que no quieren ocuparse más de ellos”. Las hermanas reciben también a hombres y mujeres que viven en la calle, por lo general pobres y enfermos. Aquí reciben un tratamiento sanitario y curaciones amorosas. “Una vez curados. Continúa explicando la hermana Ávila- se van dejando el lugar para otros nuevos necesitados. No tenemos mucho espacio en la estructura, por esto están sólo de paso”. En este momento hay 28 hombres y 49 mujeres.

El servicio para los necesitados prescinde de toda pertenencia religiosa o de fe. “Hay huéspedes de toda religión. La mayor parte es musulmana, pero también hay budistas, hindúes y cristianos. Nosotras aceptamos a todo pobre. Y no nos interesa convertirlos, queremos sólo servirlos. Respetamos toda religión y creemos que cada uno deba tener la libertad de profesar la propia”. El trabajo de las misioneras se desarrolla en modo gratuito, “no aceptamos dinero y no recibimos un sueldo por los que hacemos”.

La contribución de las hermanas “es reconocido por todos y jamás hemos recibido amenazas (de los fundamentalistas islámicos) o temido por nuestras vidas. Las personas nos respetan, nos consideran uno de ellos”, concluyó la religiosa.

Finalizada la visita, el papa Francisco se dirigió a la iglesia del Santo Rosario de Daca, para el encuentro con sacerdotes, religiosos, religiosas, consagrados, seminaristas y novicias. +

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