Mons. Margni saludó a la comunidad quilmeña tras su designación como obispo auxiliar
En el bendito suelo de nuestra Diócesis, somos herederos de un rico manantial pastoral del que muchos hemos bebido desde niños. Seguir ayudando al padre obispo Carlos (José Tissera) a custodiarlo y dejarlo fluir con mayor transparencia será una feliz misión para este joven y pobre pastor del sur de la periferia de la gran ciudad de Buenos Aires.
El sacerdote deseó de corazón seguir dejándome iluminar por el testimonio del Siervo de Dios, nuestro padre obispo Jorge Novak. Como él, también yo quisiera encomendarme y encomendarle la vida de nuestras comunidades al único que en verdad nos conduce a todos por los caminos del Evangelio: ¡Ven, Espíritu Santo!.
Me emociona profundamente decir que sí en esta hora de la Iglesia. En el pontificado del papa Francisco, el olor a oveja del pastor se hace perfume de bálsamo latinoamericano para embellecer a la humanidad que está llamada a encontrar la salvación en la causa de Cristo, nuestra alegría, nuestra fuerza y nuestra esperanza, puntualizó, y agregó: Mi sí de hoy se inspira en el sí de María; sin sus caricias nada podría. Que Ella, desde Luján, nos cuide y ayude siempre.
Texto del saludo
Querida Comunidad Diocesana:
Hace unos días, el señor Nuncio, Mons. Emil Paul Tscherrig, me comunicó en nombre del Papa Francisco la designación como obispo titular de la antigua sede de Stephaniaco y auxiliar de Quilmes.
Sorprendido y honrado, le di mi aceptación. No me siento ni digno ni capaz para semejante misión pero acepto confiando en la gracia y en la voluntad del Espíritu Santo, que ha de expresarse en el discernimiento de la Iglesia, como también confío en el trabajo en comunión que hacen fecundos nuestros esfuerzos.
Me consuela el hecho de que el Señor sabe ocuparse y actuar desde los pobres, incluso con herramientas escasas. Me encomiendo a la oración de ustedes por quien siempre quise consagrarme. Me conforta saber que estaré para ayudar como auxiliar a nuestro querido Obispo Carlos, pastor ejemplar, bueno y entregado; con el estilo de Brochero, seguiremos con pasión y esperanza.
En el bendito suelo de nuestra Diócesis, somos herederos de un rico manantial pastoral del que muchos hemos bebido desde niños. Seguir ayudando al Padre Obispo Carlos a custodiarlo y dejarlo fluir con mayor transparencia será una feliz misión para este joven y pobre pastor del sur de la periferia de la gran ciudad de Buenos Aires. Deseo de corazón seguir dejándome iluminar por el testimonio del Siervo de Dios, nuestro Padre Obispo Jorge Novak. Como él, también yo quisiera encomendarme y encomendarle la vida de nuestras comunidades al único que en verdad nos conduce a todos por los caminos del evangelio: ¡Ven, Espíritu Santo!
Me emociona profundamente decir que sí en esta hora de la Iglesia. En el pontificado del Papa Francisco, el olor a oveja del pastor se hace perfume de bálsamo latinoamericano para embellecer a la humanidad que está llamada a encontrar la salvación en la causa de Cristo, nuestra alegría, nuestra fuerza y nuestra esperanza.
Mi sí de hoy se inspira en el sí de María; sin sus caricias nada podría. Que Ella, desde Luján, nos cuide y ayude siempre.+
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