Al recordar el relato evangélico de San Lucas, en el que Jesús quiere inculcar la necesidad de orar, puso sobre la mesa algunas condiciones fundamentales para que nuestra petición a Dios sea concedida.
En primer lugar, citando a Isaías, invitó a “remover el pecado pidiéndole perdón a Dios por las ofensas contra Él”; luego, recordó la importancia de “estar reconciliados como hermanos como desearía cualquier padre, así también Dios Padre nos lo pide”; y por último, llamó a “tener motivaciones correctas y orientadas a las cosas buenas, porque Dios no puede conceder algo en contra de su bondad”.
Monseñor Han Lim Moon aseguró que “cuando pedimos algo insistentemente con fe a Dios bajo estas condiciones, generalmente Él lo concede para nuestro bien y para aumentar nuestra fe”. Pero, ¿qué sucede si esto no pasa?: “¡Es muy probable que entren en una fuerte crisis de fe!”, alegó.
En este sentido, mencionó otras razones por las que Dios “no nos concede lo que le pedimos”: “Ante todo, recordemos que los pensamientos, los caminos y el tiempo de Dios son bien diferentes y superiores a los nuestros. Por eso, aunque le pidamos algo muy bueno, si Él lo considera perjudicial para nosotros, no lo concede o espera el momento favorable, así como suelen hacer los papás con sus hijos”, explicó.
En cuanto a la demora de Dios, el prelado manifestó que “esperar puede purificar más nuestra fe e, inclusive, puede causar nuestra muerte en vida para vivir ya como resucitados en esta tierra, para la gloria de Dios”.
Pero, “¿Cuál es la Buena Noticia de hoy?”, se preguntó monseñor Moon finalmente. “¡Dios te concederá todo lo que le pidas si lo haces con mucha fe e insistencia! Pero si Él no te lo concede pronto, es muy probable que seas su preferido, aunque tu sentimiento diga lo contrario, y que Él esté preparándote el mejor regalo increíblemente superior a lo que le pediste”, concluyó.+
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