Delegado argentino habló sobre globalización y movilidad humana en seminario sobre misionología
La exposición del delegado argentino se centró en el fenómeno de la globalización y de la movilidad humana, y detalló los “nuevos rostros de la pobreza”: refugiados, violencia infantil, tráfico de personas, violencia de género, personas que viven en situación de calle.
Asimismo, se refirió al aporte que realiza la Doctrina Social de la Iglesia sobre estos problemas actuales.
La finalidad del padre De Sanzzi fue reflexionar sobre los fenómenos sociales y mundiales de la globalización y movilidad, que afectan de manera determinante, para bien o para mal, en la presencia transformadora del Evangelio en el mundo. También destacar como el fenómeno de las migraciones está suscitando la posibilidad de la comunicación entre los pueblos y el intercambio cultural.
La figura del laico misionero
Los participantes del seminario sobre “Laicado y Misión”, recibieron la visita del cardenal Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, quien agradeció el esfuerzo de los asistentes y dejó algunas reflexiones.
El purpurado observó que, sobre todo después del Concilio Vaticano II, el concepto de misionariedad hay que entenderlo en clave claramente dinámica, desprendiéndose de la sola concepción territorial de la misión. Asimismo, subrayó que la fecundidad misionera se hace visible en una relación intrínseca entre los conceptos misión-iglesia-laicos.
Además reconoció que la figura del laico misionero es novedosa, en cuanto que, durante mucho tiempo la misión ha aparecido como un encargo exclusivo a los consagrados y religiosos. Preguntándose: ¿Quién es el misionero? Y respondiendo: el misionero es el bautizado; la misión es de todos, ya sea en el sentido de primera o de “nueva” evangelización.
Al mismo tiempo, el cardenal Filoni señaló la necesidad de tener presente en la reflexión la dimensión antropológica cristiana, en la que el hombre y la mujer, como seres diferentes y complementarios son una verdadera oportunidad y riqueza también para la misión evangelizadora, pues la sensibilidad y características propias de la masculinidad y la femineidad canalizan verdaderas experiencias de misión.
El prefecto animó a los presentes a considerar en su reflexión el rol misionero de los niños, adolescentes y jóvenes, al afirmar que en cada una de estas etapas de la vida, cada cristiano tiene habilidades y oportunidades para desarrollar su misión.
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