La jornada del domingo 12 comenzó con la visita de los seminaristas, acompañados por el presbítero Guillermo Jesús Gómez, a la Iglesia Evangélica del Pastor Emilio Peralta. Allí recibieron la bienvenida de la congregación y compartieron la asamblea en la que también el sacerdote católico dio su bendición y rezó una pequeña oración con los presentes. “Es más lo que nos une que los que nos separa porque somos todos cristianos”, aseguró el padre Gómez.
Posteriormente se realizó la misa de apertura de la misión en la capilla San Antonio que fue presidida por el obispo diocesano, monseñor Ariel Torrado Mosconi, quien en su homilía señaló la intención -como es deseo del papa Francisco-, de impulsar una Iglesia abierta y “en salida”.
Después pidió a los seminaristas “estar cerca de los que más lo necesitan y a hacerlo con mucha entrega y generosidad como Jesús le encargaba a sus discípulos”, en esta misión que consistirá, principalmente, en la visita a los hogares de esos barrios. Comentando el Evangelio de ese domingo que desarrollaba el sermón de las bienaventuranzas que Jesús pronunció en el Monte, decía: “los cristianos debemos ser maestros de la felicidad y mostrar el camino que conduce a la plenitud humana, que es el amor. Los creyentes debemos comprender que la sabiduría cristiana consiste ante todo en un camino para ser felices y esa es, precisamente, la esencia del mensaje de Jesús”. Y agregó: “Ojalá que en esta misión podamos señalar ese camino a todos en este querido barrio de Ciudad Nueva”.
El jueves 16, a las 20, se celebró la misa de Alabanza en la capilla San Pedro y San Pablo, y el viernes 17 cantó Diana Colamarino, oriunda de Hendersen, ciudad que pertenece a la Diócesis, y que fue finalista del programa Elegidos del canal Telefé.
El padre Guillermo Gómez explicó que ésta misión tenía por objetivo acercarse a los barrios para conocer la realidad de su gente y lograr un acercamiento conjunto. Reconoció que hasta ahora la Iglesia Católica no tuvo la presencia que hubiese deseado en este sector de la ciudad cuya magnitud es de una relevancia suprema, puesto que viven más de 12.000 nuevejulienses. “Este año queremos tener mayor presencia en este importante sector de nuestra ciudad, además tenemos varios proyectos, como el que recientemente firmamos entre Cáritas y la Municipalidad”. Se refirió así a la obligación que asumió Cáritas local para actuar como una especie de supervisora o garante en las obras y actividades sociales que se están realizando a través del programa nacional Hábitat.
Tras la reunión dominical de evangelistas y católicos en la Iglesia que preside el Pastor Peralta, el padre Gómez expresó su agrado por la recepción de la comunidad evangelista. “Es más lo que nos une que lo que nos separa porque somos todos cristianos. Además cuando verdaderamente uno tiene a Cristo en el corazón, se rompen todas las barreras”, y agregó: “De este modo se puede salir al encuentro y vincularse con todos, a pesar de las pequeñas o grandes diferencias que podamos tener”.
Durante la asamblea el Pastor Peralta dio la bienvenida a los visitantes e invitó al padre Guillermo Gómez, párroco de la iglesia catedral, a dar un mensaje a todos los que estaban allí reunidos. “La Iglesia desde hace tiempo viene poniendo énfasis en el ecumenismo. El papa Francisco, cuando era arzobispo de Buenos Aires, participaba frecuentemente de los encuentros de las distintas denominaciones cristianas. Desde que fue elegido Papa, pide este tipo de acercamientos en camino hacia la cultura del encuentro. Debemos salir al encuentro del otro, tal como el otro es y no esperando encontrar lo que nosotros queremos”.
Monseñor Torrado Mosconi cerró la misión
El obispo de Nueve de Julio, monseñor Ariel Torrado Mosconi, agradeció a todos los hogares de los barrios de Ciudad Nueva que abrieron las puertas a los seminaristas que misionaron durante la semana. Lo hizo a modo de cierre de la misión, en la misa que presidió el sábado por la tarde en la Capilla San Pedro y San Pablo y en donde lo acompañaron el presbítero Guillermo Gómez, párroco de la catedral, y el presbítero Enrique Barbudo.
En la misa el obispo pidió por cada una de las familias que permitieron un acercamiento de la Iglesia. “Evangelizar es así. Uno tira la semilla de la palabra de Dios y nosotros, en la fe, sabemos que esa semilla es fecunda. No sabemos cuándo germinará pero debemos tener la dicha de haberlo intentando”, manifestó.
Por otra parte reconoció que la Iglesia debe estar más presente en este sector de la comunidad y agradeció al padre Barbudo y a las Hermanas del Oratorio, cuya labor pastoral desde hace años en Ciudad Nueva “es un signo de la presencia de Dios”.
Por último exhortó a los seminaristas a agradecer y a renovar su fe “porque la misión, siempre es fecunda”.+
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