El ecumenismo se hace “caminando” no en un laboratorio, dijo el Papa a los anglicanos
La primera pregunta se la formuló un estudiante y fue sobre las relaciones actuales entre ambas confesiones, considerando que “muchos católicos han escuchado hablar del rey Enrique VIII, pero no conocen las tradiciones anglicanas y el progreso ecuménico de este medio siglo”.
El rey Enrique VIII se separó de la Iglesia Católica al no permitírsele el divorcio de su esposa, Catalina de Aragón. En el proceso mandó a ejecutar a su canciller Santo Tomás Moro y al obispo San Juan Fisher, quienes murieron mártires por negarse a prestarle obediencia al soberano.
Al respecto el Papa señaló: Vemos que las relaciones entre católicos y anglicanos son buenas, aunque “en la historia hay cosas feas por todas las partes”. Entretanto precisó que “arrancar un pedazo de la historia y ponerlo como un símbolo, como ejemplo de lo que fue siempre, no es justo”. Porque esos momentos –aseguró– tienen que ser entendidos en su hermenéutica.
“También en los santos, tenemos una común comunión”, recordó Francisco, y señaló que las dos Iglesias nunca los renegaron. Existieron además relaciones de hermandad en tiempos feos, en el que el poder político o religioso se mezclaban”.
Como ejemplo de estas relaciones, entre católicos y anglicanos, el pontífice contó que conoció a un anciano jesuita en Buenos Aires de familia inglesa, y que él católico, de joven fue monaguillo en la ciudad de Rosario en el funeral que se celebró de la Reina Victoria, o sea que “en esos tiempos existían también estas relaciones”.
El Papa también explicó que algo que “mantuvo fuerte nuestra relación entre las tradiciones religiosas son los monjes, los monasterios. Los monjes tanto católicos como anglicanos son una gran fuerza espiritual de nuestras tradiciones”.
“Las relaciones se van mejorando cada vez más y esto es bueno. No hacemos todas las cosas iguales, pero caminamos juntos”, precisó y añadió: “una figura que nos ayudará a pensar es: ‘dos pasos adelante y medio hacia atrás’, y debemos seguir en esto.
La segunda pregunta la formuló una profesora anglicana de la Universidad La Sapienza de Roma: “Su predecesor, el papa Benedicto XVI alertó sobre el riesgo, en el diálogo ecuménico, de dar prioridad a la colaboración de la acción social antes que seguir el camino más exigente del acuerdo teológico. Parece que usted parece preferir lo contrario, es decir, ‘caminar y trabajar’ juntos para alcanzar la meta de la unidad de los cristianos. ¿Es cierto?”.
¿Cuál de las dos cosas es prioritaria? Se interrogó Francisco y contó lo del patriarca Atenágora que le dijo al papa Pablo VI: ‘Hagamos nosotros la unidad y pongamos a los teólogos en una isla para que piensen. Lo dijo bromeando, pero me confirmaron que lo dijo.
Al respecto, Francisco dijo no conocer el contexto en el que Benedicto XVI dijo eso, pero precisó que “las dos cosas son importantes, ciertamente, pero esto no se puede hacer en un laboratorio, se tiene que hacer caminando, en camino”. Porque el ecumenismo es un camino, añadió Francisco.
La tercera pregunta, formulada por un nigeriano, se refería a las relaciones ecuménicas entre las Iglesias en África, Asia o en el Pacifico, en contraste con las de Europa, concretamente sobre aquello que las del viejo continente pueden “aprender del ejemplo de las Iglesias en el sur del mundo”.
Al respecto, el Santo Padre dijo que “las Iglesias jóvenes tienen una vitalidad distinta, porque son jóvenes. Buscan un modo distinto de expresarse, por ejemplo, una liturgia aquí en Roma o Londres o París, no es lo mismo que en tu país, donde la ceremonia católica se expresa con una alegría distinta, diversa, propia de las Iglesias jóvenes”.
El Papa luego contó que está estudiando junto a sus colaboradores la posibilidad de viajar a Sudán del Sur, acompañado de Justin Welby, el líder de la comunión anglicana, ya que los obispos católicos, anglicanos y presbiterianos le solicitaron hacer la visita para lograr la paz.+
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