Sus restos fueron velados en la basílica Nuestra Señora de la Merced, y trasladados al cementerio Jardín del Cielo, de Alderetes. En nombre de la Iglesia tucumana, el presbítero doctor Amadeo Tonello manifestó mucho dolor al despedir “al hermano, al amigo, al compañero”, y dio gracias a Dios por el testimonio de su vida sacerdotal.
En su mensaje, el presbítero Tonello destacó del padre Castilla “su alegría, su generosa hospitalidad, su amable fraternidad”, y confió en que Dios lo habrá recibido en su casa “para darle el premio a los servidores fieles”, deseando su eterno descanso y anhelando encontrarse con él “en la morada de la luz y de la paz”.
“Rezamos para que el Señor conforte a nuestra Iglesia Arquidiocesana de Tucumán y nos dé, por medio de María de Fátima, a quien José Andrés tanto amó, muchas y santas vocaciones sacerdotales y consagradas”, pidió el sacerdote. “¡Descansa en paz, querido curita y amigo!”, concluyó.+
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