Mons. Aguer reflexionó sobre el sentido cristiano de la muerte
Tras preguntar a los televidentes si alguna vez escucharon una homilía sobre la muerte, consideró que “es un tema sobre el cual casi no se habla. No es muy agradable, aunque cada tanto uno tiene que llorar en algún velorio a alguien querido o cercano pero en la tradición espiritual de la Iglesia el tema de la muerte es un tema muy importante, fundamental”.
Puso el ejemplo de la “Introducción a la Vida Devota”, de San Francisco de Sales, una obra muy popular para la meditación espiritual, que en el capítulo 13 "tiene una breve meditación sobre el sentido de la muerte para un cristiano porque es algo que nos va a llegar a todos y que uno quiere alejar lo más posible, uno no quiere pensar en eso. A mí me aterra cuando leo las noticias y vemos un chico de 14 años que mata a otro de 14 años; o un muchacho de 28 que va a ser papá la semana siguiente y que lo matan para arrebatarle un celular que finalmente no le roban; y tantos casos que escuchamos. Qué tremendo es eso. Esas muertes imprevistas y algunas impreparadas también”.
“Estas cosas -continuó su reflexión el prelado platense- me hacen acordar de una poesía de Rainer María Rilke, un gran poeta del comienzo del siglo XX, nacido en Praga, cuya traducción dice: 'La muerte es grande, somos suyos, nosotros, los de sonrientes labios. Cuando nos creemos en medio de la vida se atreve la muerte a llorar en medio de nosotros'.”
“Si uno piensa un poco en esta poesía puede hacerse este planteo: ¿es cristiana esta concepción de la muerte? Es profundamente humana no cabe duda y Rilke, además, tenía una formación cristiana de base más allá de cómo haya sido su vida y creo que esa poesía también es cristiana y que tenemos que acostumbrarnos a pensar en esto, lo que no significa obsesionarnos con la muerte ni mucho menos”.
“Además -sostuvo- la interpretación cristiana de la muerte se hace desde la muerte de Cristo, desde la Cruz, y esta acaba en la resurrección y por eso nosotros sabemos que la muerte es un tránsito, es un paso, es una pascua. Es un paso difícil. Algunos dicen que es un paso medio oscuro, que es un túnel medio oscuro, medio negro pero ¿qué hay del otro lado? Lo que hay del otro lado es la Luz, lo que hay del otro lado es el rostro de Cristo”.
Port último monseñor Aguer consideró que "tenemos que acostumbrarnos a hablar de estas cosas sin obsesión pero también sin miedo. Yo pienso que, cada tanto, convendría que los curas digamos algo a la gente sobre que nos vamos a morir porque somos mortales. La muerte puede ser imprevista pero no impreparada. Y este es un tema muy tradicional y es bello eso de preparar una buena muerte. No es que los jovencitos estén pensando en preparar una buena muerte pero los viejos como nosotros es hora de pensarlo y espero que esta reflexión les sirva para reflexionar sobre ello”.+
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