Falleció el P. Pedro Aznárez M.SS.CC.

Falleció el P. Pedro Aznárez M.SS.CC.

Buenos Aires (AICA): El P. Daniel Eduardo Echeverría, superior en la Argentina de la Congregación de los Misioneros de los Sagrados Corazones (Mallorca), informó que el viernes 4 de agosto en Valcheta (Río Negro) falleció el P. Pedro María Aznárez Marco, misionero de los Sagrados Corazones y párroco de Virgen de Luján, en la diócesis de Viedma.
El padre Daniel Eduardo Echeverría M.SS.CC, superior en la Argentina de la Congregación de los Misioneros de los Sagrados Corazones (Mallorca), informó, “con dolor y esperanza cristiana”, que el viernes 4 de agosto en Valcheta (Río Negro) falleció el padre Pedro María Aznárez Marco, misionero de los Sagrados Corazones y párroco de Virgen de Luján, en la diócesis de Viedma.

El padre Aznárez había llegado a la Argentina desde España en 1978 y desarrolló su ministerio en la parroquia Jesús Salvador en el barrio porteño de Lugano I y II; en las comunidades cristianas del barrio “22 de Enero”, de Ciudad Evita, La Matanza, diócesis de San Justo; y en la parroquia Virgen de Luján, de Valcheta, Río Negro, diócesis de Viedma. Entre los años 1987 y 1993 fue Superior General de la Congregación, con residencia en Madrid.

Los funerales fueron presididos por el obispo de Viedma, monseñor Esteban María Laxague SDB, que providencialmente estaba visitando a la Comunidad de los Misioneros y asistió personalmente al padre Aznárez en el instante en que aconteció el paro cardíaco que causó su muerte, tres días antes de cumplir sus 82 años de edad.

Al comunicar el fallecimiento, el padre Echeverría manifestó que “en medio del dolor hemos sido testigos del inmenso amor que la gente de Valcheta, de sus campos y parajes le tenía al padre Pedro. Ha sido muy emocionante ver a hombres, mujeres, niños y jóvenes expresar con palabras, lágrimas y silencios su sereno y esperanzado dolor”.

La Congregación fue fundada en la Isla de Mallorca en 1890 y lleva 76 años de presencia en la Argentina y 41 años en la localidad de Valcheta, Río Negro, donde fue sepultado el cuerpo del Padre Pedro.

Fue misionero hasta el final y murió donde quiso vivir
Al conocer la noticia de la muerte del padre Aznárez, el padre Emilio Velasco Triviño, visitador general de los Misioneros de los Sagrados Corazones, envió desde Madrid “a los queridos amigos y amigas de la comunidad cristiana de Valcheta” una conceptuosa carta en la que evoca la vida del sacerdote fallecido.

“Recibí ayer son sorpresa y dolor la noticia del fallecimiento del padre Pedro María Aznárez. Lo primero que pensé, tras un primer momento de desconcierto, fue que, como decimos en España, el padre Pedro ha muerto ‘con las botas puestas’. Me refiero por supuesto a sus botas de misionero. Esas con las que pisó las calles de Valcheta y le llevaron también hasta los parajes más alejados para visitar a sus gentes y celebrar con ellos la Eucaristía.

“Yo mismo tuve la suerte de acompañarle el año pasado hasta Sierra Pailemán y comprobar con mis propios ojos la generosidad y la entrega de un hombre que, con muchos años a su espalda, seguía siendo como el ‘buen pastor’ que no abandona a sus ovejas.

“Fue misionero hasta el final y ha muerto donde quiso vivir. En su querida Valcheta. Por eso su cuerpo reposará para siempre enterrado en la tierra patagónica, como una semilla que todavía puede dar muchos buenos frutos, si quienes habéis convivido con él durante tantos años continuáis la tarea que él emprendió.

“Ya no lo veréis más celebrando la misa, ni reunido con los catequistas. Ya no escucharéis su voz abriendo el programa diario de ‘Radio Valcheta’. Tampoco enredado con sus abejas o elaborando ese vino casero del que estaba tan orgulloso. Pero su ejemplo de ‘pastor con olor de oveja’ os seguirá acompañando y alentando en vuestro camino de fe y seguimiento de Jesús.

“Por eso quizá no es una casualidad que el padre Pedro haya pasado a la Casa del Padre el mismo día en el que la Iglesia celebra al Santo Cura de Ars, el patrono de los párrocos. Y vosotros sabéis mucho mejor que yo con cuánta dedicación e ilusión quiso siempre lo mejor para vuestra comunidad cristiana.

“Para nosotros, los Misioneros de los Sagrados Corazones es también una pérdida grande. Durante seis años fue nuestro Superior General allá por los 90, justo cuando nuestra congregación cumplía 100 años. Favoreció mucho la comunión de bienes entre nosotros y animó el nacimiento de los Laicos Misioneros de los Sagrados Corazones que por entonces veían la luz.

“Siempre le distinguió un gran amor a la Virgen María. Seguro que a estas alturas estará ya cantando con ella un ‘Magníficat’ que no tiene fin”.

Concluye la carta agradeciendo la presencia y cercanía del obispo de Viedma, monseñor Esteban María Laxague, que providencialmente estaba con el padre Aznárez en el momento de su muerte.+

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