La Jornada de Oración es una oportunidad para que los cristianos y personas de buena voluntad que quieren un Brasil mejor, más fraterno y no dividido se unan, expresó monseñor Leonardo Steiner, secretario general de la CNBB.
En la carta que la CNBB envió a todos los obispos convocando a la Jornada de ayuno y oración, que se llevará a cabo el próximo 7 de septiembre, día de la Independencia del Brasil, se añadió también una oración para ser rezada en todas las iglesias del país.
Estamos necesitados de un nuevo Brasil, más ético; de una política más transparente. No podemos llegar a un punto muerto de pensar que la política puede ser dispensada. La política es muy importante, pero el modo de comportamiento de muchos políticos provoca un gran rechazo dentro del país. Esperamos que ese día de ayuno y oración ayude a reflexionar esta cuestión en mayor profundidad, explicó monseñor Steiner.
Oración por el Brasil
¡Padre misericordioso, te pedimos por Brasil!
Vivimos un momento triste, marcado por injusticias y violencia. Para construir la justicia y la paz, en nuestro país, necesitamos mucho de tu amor misericordioso, que nunca se cansa de perdonar.
¡Padre misericordioso, te pedimos por Brasil!
Estamos indignados, ante tanta corrupción y violencia que esparce muerte e inseguridad. Pedimos perdón y conversión. Creemos en tu amor misericordioso que nos ayuda a vencer las causas de los graves problemas del país: injusticia y desigualdad, ambición de poder y codicia, explotación y desprecio por la vida humana.
¡Padre misericordioso, te pedimos por Brasil!
Ayúdanos a construir un país justo y fraterno. ¡Que todos estemos atentos a las necesidades de las personas más frágiles e indefensas! ¡Que el diálogo y el respeto vencen el odio y los conflictos! ¡Que las barreras sean superadas por medio del encuentro y de la reconciliación! Que la política esté, de hecho, al servicio de la persona y de la sociedad y no de los intereses personales, partidarios y de grupos.
¡Padre misericordioso, te pedimos por Brasil!
Tu Hijo, Jesús, nos enseñó: Pidan y recibirán. Por eso, te pedimos confiados: haz que nosotros, brasileños y brasileños, seamos agentes de la paz, iluminados por la Palabra y alimentados por la Eucaristía.
¡Padre misericordioso, te pedimos por Brasil!
Tu Hijo Jesús está en medio de nosotros, trayéndonos esperanza y fuerza para caminar. La comunión eucarística es fuente de comunión fraterna y de paz, en nuestras comunidades, en las familias y en las calles.
¡Padre misericordioso, te pedimos por Brasil!
En este año en que celebramos los 300 años del encuentro de la imagen de Nuestra Señora Aparecida, queremos seguir el ejemplo de María, permaneciendo unidos a Jesucristo, que con ustedes vive, en la unidad del Espíritu Santo. ¡Amén!+
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