En el exterior de la nunciatura lo esperaban un grupo de niños y jóvenes que, con sus trajes folklóricos, cantaron y bailaron en honor al Papa. Francisco subió a una pequeña tarima y les agradeció por el esfuerzo hecho y los alentó a que “no pierdan la esperanza, no pierdan la alegría”, les dijo. Uno de los momentos más emotivos del encuentro se dio cuando uno de los menores le entregó una ruana fabricada en Nobsa con lana de oveja. El Papa la recibió y de inmediato se la puso.
“¡Muchas gracias! ¡Muchas gracias! Muchas gracias por la alegría que tienen. Muchas gracias por el esfuerzo que han hecho. Muchas gracias por el camino que se han dignado a realizar y eso se llama heroísmo”, les dijo el papa Francisco a los presentes, en su mayoría pertenecientes a dos instituciones: El Idridon una entidad pública de la ciudad de Bogotá que atiende a niños, niñas, adolescentes y jóvenes en situación de vulnerabilidad social, habitantes de la calle o en riesgo de estarlo y Familias de la Misericordia (Famis) formada por laicos y sacerdotes, que desean vivir la Misericordia y trabajan en las periferias.
“Hasta los más chicos pueden ser héroes y los más pobres. Vivieron engañados, se equivocan, se levantan, y son héroes y van adelante ¡Sigan adelante! ¡Sigan adelante así!”, continuó diciendo el Santo Padre.
“¡No se dejen vencer! ¡No se dejen engañar! No pierdan la alegría, no pierdan la esperanza, no pierdan la fe. Sigan así”, concluyó Francisco y a continuación les impartió su bendición y los invitó a rezar juntos a la Virgen María.
Hasta el domingo el Papa visitará cuatro ciudades: Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena. En total celebrará tres misas y pronunciará 12 discursos.+
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