Mons. Héctor Aguer: "Hablar de Más"

Mons. Héctor Aguer: "Hablar de Más"

La Plata (Buenos Aires) (AICA): “Hoy estaba reflexionando sobre un defecto en el cual incurrimos frecuentemente, aunque no quiero generalizarlo porque yo muchas veces incurro en él¨, comenzó diciendo el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, en su columna editorial en el programa Claves para un Mundo Mejor, emitido el sábado 14 de octubre por el Canal 9. ¨El defecto -señaló- es el de hablar de más. Como decimos popularmente es ´irse de boca´ o, de modo más elegante podríamos decir faltar a la discreción o al discernimiento”.

“Hoy estaba reflexionando sobre un defecto en el cual incurrimos frecuentemente, aunque no quiero generalizarlo porque yo muchas veces incurro en él", comenzó diciendo el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, en su columna editorial en el programa Claves para un Mundo Mejor, emitido el sábado 14 de octubre por el Canal 9. "El defecto -señaló- es el de hablar de más. Como decimos popularmente es 'irse de boca' o, de modo más elegante podríamos decir faltar a la discreción o al discernimiento”.

“Me parece -añadió- que esto se verifica sobre todo en un contexto de la información globalizada, de una comunicación tan amplia y tan intensa que finalmente estamos incomunicados. Eso es lo que pasa. La abundancia de comunicación que no podemos manejar, que no podemos registrar, no podemos controlar, en el fondo nos desinforma”.

El prelado puso como ejemplo el hecho de las redes sociales, "el parloteo de las redes sociales" que es una incontrolable realidad, donde "cualquiera dice lo que se le ocurre". Es verdad que uno elige seguir esto o aquello; pero de todas maneras "representa un fenómeno cultural que invita a irse de boca, a hablar cuando no corresponde o a hablar sin reflexión, o sin suficiente reflexión, apremiados por la necesidad patológica de decir algo prendiéndose a la red”.

“Con todo respeto, tengo que decir también que en el caso de algunos periodistas uno nota eso. Parece que lo saben todo, hablan de todo, y la verdad es que uno no puede saber de todo y hablar de todo o hablar como si uno supiera y, a veces, también, con una rapidez, con una falta de discreción, de discernimiento, con una precipitación que, en el fondo, desinforma o informa mal. En el fondo nos desubica. La objetividad de la información es muy importante y por eso también la discreción, el discernimiento, con el que se informa, se trasmite información”.

Monseñor Aguer señaló que “esto vale incluso para las cosas más domésticas y cercanas: con lo que pasa en la familia o en el barrio, pero en el ámbito de la información globalizada esto tiene una importancia cultural enorme porque se van imponiendo ciertas formas, ciertos módulos, ciertos prototipos, que proceden precisamente de esta falta de discreción, de esta falta de discernimiento. La cuestión no es callar, hundirse en el silencio o privarse de una sensata participación en debates o comentarios de auténtico interés".

"Dejo para otra oportunidad -expresó el arzobispo platense- el asunto de ciertas formas perversas de comunicación, tales como el poner en la red fotos eróticas o pornográficas y la multitud de poses narcisistas y autorreferenciales. Aunque no se hable con palabras, la demasía es evidente, y en ocasiones no sólo pecado, sino también delito”.

“Como decía al principio -puntualizó monseñor Aguer-, yo hago mi mea culpa y me parece que todos tendríamos que pensar un poquito en esto. ¿No nos estaremos yendo de boca?”.+

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