Mons. Delgado: “La pobreza es un problema que debemos resolver entre todos”

Mons. Delgado: “La pobreza es un problema que debemos resolver entre todos”

San Juan (AICA): El arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Alfonso Delgado, se refirió al informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la (Universidad Católica Argentina (UCA) que señala un aumento de la pobreza en la Argentina, y afirmó que es un problema “que debemos resolver entre todos, especialmente quienes tienen la responsabilidad de gobernar en cada ámbito”.
En una entrevista del diario El Zonda, el arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Alfonso Delgado, afirmó que la pobreza es un problema “que debemos resolver entre todos, especialmente quienes tienen la responsabilidad de gobernar en cada ámbito”, refiriéndose al informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la (Universidad Católica Argentina (UCA) en donde se señala un aumento de la pobreza en la Argentina.

El prelado aseguró, además, que la pobreza “es un problema estructural” que se puede solucionar, “pero es una tarea ardua, gradual y que lleva tiempo, que requiere constancia y políticas sostenibles en el tiempo”.

-¿Cuál es su opinión sobre el informe que dio a conocer la UCA sobre el aumento de la pobreza en la Argentina?
-Cada vez que escucho hablar de pobreza en la Argentina o la palpo, me acuerdo de un canto litúrgico de los congresos eucarísticos que dice que “no es posible morirse de hambre en la tierra bendita del pan”. Sin embargo, lo hacemos posible. Hay un porcentaje alto de la población argentina en situación de pobreza y también de indigencia.

-¿Cómo se deben leer estos números dados a conocer por la UCA?
-Las estadísticas confiables son necesarias para dimensionar la situación, su historia y sus causas, pero cuidado, nos pueden hacer perder de vista los rostros de argentinos de carne y hueso. Hay que extremar la solidaridad y la ayuda inmediata, esto es lo más importante ahora.

-Según el informe, las principales causas del crecimiento de la pobreza son las medidas económicas adoptadas por el Gobierno, ¿coincide con eso?
-Desde que tengo uso de razón tengo conciencia de periódicos desbarajustes sociales, políticos, ideológicos, laborales, de corrupción y de políticas sociales sin sustento, a los que forzosamente seguía un ajuste que dejaba a muchos “en la lona”, hasta que otra vez nos poníamos a ordenar la casa e íbamos tirando durante unos años. Y después comenzaba el mismo ciclo. He repasado la historia y me encuentro con esta situación, estos ciclos donde no terminamos de encauzarnos plenamente, aunque mejoramos, ciclos con muchos altibajos.

-¿Es necesaria una ayuda inmediata por parte del gobierno para solucionar el problema?
-La ayuda inmediata es necesaria, pero no es la solución, todos los actores sociales deben poner el mismo empeño para poder resolver este problema. Es necesario, alguna vez, resolver las causas de este problema estructural que la Argentina arrastra desde hace años, con subidas y bajadas.

-La contención social por parte del Gobierno, ¿es solamente un parche al problema?
-Los parches hay que ponerlos, pero son provisorios, tenemos que ir más a fondo, la pobreza es un problema estructural de la Argentina desde hace muchos años y tenemos que buscar una solución para esos rostros concretos de argentinos. Hoy se puede haber agravado, pero este no es un problema que surgió hoy. Si observamos los datos, la situación viene desde lejos, esta situación no se la puede imputar a un Gobierno o a otro. El Observatorio de la Deuda Social Argentina aporta muchos datos más, a los que se han sumado otros ámbitos muy preocupados por este problema nuestro.

En la Argentina hay 12 millones de personas sin un empleo de calidad, es decir con un empleo precario, inestable y sin el beneficio que señalan las leyes sociales. Hay más de un millón de desocupados. Desde hace años, el desempleo no baja del 10% y no crece el empleo privado normal, que es el que genera verdadera riqueza y nuevos puestos de trabajo. También se señala que en la Argentina los costos laborales son muy altos, la productividad es baja y se sugiere que la legislación laboral está desactualizada.

-La Iglesia ha manifestado su preocupación por este tema desde hace muchos años...
-Nos preocupa a todos, coincido plenamente con los aportes realizados en estos días por la Comisión Episcopal de la Pastoral Social que señala que en esta coyuntura había disminuido la calidad de la alimentación, que esta situación la están sufriendo también personas de clase media. El peor impuesto es el impuesto al más pobre y eso se llama inflación, se reconozca o no se reconozca, salga a la luz o se la tape.

-Para solucionar este problema, ¿es necesario la intervención de todos los sectores de la sociedad?
-Este problema lo debemos resolver entre todos, la Nación, las provincias, los municipios, las empresas, los sindicatos, los ámbitos públicos y privados, las instituciones intermedias, los ámbitos educativos y todas las fuerzas vivas del país. Pero es necesario algo más.
Esto requiere que todos queramos verdaderamente resolver este problema estructural que afecta a tantos hermanos argentinos. Es una tarea muy posible, pero ardua, gradual y que lleva tiempo. No se puede funcionar a impulsos esporádicos sino que requiere constancia y políticas sostenibles en el tiempo.

-¿Hay que dejar de lado también los intereses particulares?
-Por supuesto. Si cada grupo social, político, laboral, partidario, sólo busca su propio bien, el problema no se va a resolver, a lo sumo tendremos un lindo parche. Es tarea de todos, especialmente de quienes tienen la responsabilidad de gobernar en cada ámbito, porque el pueblo los ha elegido para eso. Pensemos como la educación prepara a nuestros jóvenes para los puestos de trabajo que son necesarios en este tiempo, pensemos qué atención se brinda a las familias para tener acceso a la salud, cómo cuidamos a los niños y ancianos. El cardenal Bergoglio tenía una frase muy gráfica: “Pongámonos de una vez el país al hombro, no en el hombro de los otros, en mis hombros y en el de todos”. Nadie es salvador de la patria, tenemos que tomar conciencia que todos vamos en el mismo barco, porque si no vamos a seguir chapoteando en este problema y en otros también. Pero, reitero, no dejemos de mirar los rostros de esos hermanos nuestros argentinos, con nombre y apellido. Ellos nos hablan y nos motivan para resolver este flagelo, mucho más que las cifras estadísticas.+

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