En su homilía, el obispo destacó el sentido de “peregrinar como familia diocesana a la casa de la Madre”, salir de la comodidad y comenzar a caminar en la fe. Afirmó que “peregrinar nos hace ser una Iglesia en salida, que no se encierra en la sacristía, ni en el ‘siempre lo hemos hecho así’, una Iglesia misionera que va hacia las periferias con creatividad, que peregrina hacia el necesitado para estar cada vez más cercano y al servicio del pobre”.
“No peregrinamos solos, lo hacemos como diócesis. No hubiéramos podido llegar solos. Necesitamos de la comunidad. En el peregrinar nos reconocemos como pueblo, fortalecemos nuestros vínculos y nos alegramos de estar juntos”, aseguró monseñor Torrado Mosconi, quien expresó también que la “casa materna de Luján nos evoca una serie de experiencias y sentimientos que nos hacen reconocer y profundizar aún más nuestros vínculos fraternos”.
Finalizada la misa, los peregrinos se dirigieron a la tumba del cardenal Pironio para elevar una oración, y por la tarde realizaron una procesión por la plaza Belgrano, frente a la basílica, para atravesar solemnemente la puerta de la misericordia. La jornada culminó con una adoración eucarística y el rezo del rosario a los pies de la Virgen de Luján.+
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