Intervinieron en la presentación monseñor Jean-Marie Mate Musivi Mupendawatu, secretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, Alessandro de Franciscis, presidente del Bureau des Constatations Médicales de Lourdes y de la Association Médicale Internationale de Lourdes (AMIL) y el profesor Antonio Gioacchino Spagnolo, catedrático de Bioética y director del Institute of Bioethics and Medical Humanities en la Facultad de Medicina y Cirugía de la Universidad Católica Sagrado Corazón de Roma.
Estaba prevista la participación del cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, pero debido a una indisposición del purpurado leyó su intervención monseñor Mupendawatu, explicando que la Jornada Mundial del Enfermo fue instituida por san Juan Pablo II en 1992 y que, en este veinticinco aniversario, se celebrará de forma extraordinaria por voluntad del papa Francisco.
Monseñor Mupendawatu, subrayó que el Mensaje del Papa para esta XXV edición -cuyo lema es “El asombro ante las obras que Dios realiza: “El Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas (Lc 1,49)”, nos invita a “imitar el camino seguido por santa Bernardita hasta contemplar en María, a la Inmaculada, y después su vida de silencio y oración”.
El Papa envía al cardenal Parolin a Lourdes
El sábado 4 de febrero, se publicó la carta del papa Francisco dirigida al Secretario de Estado, cardenal Pietro Parolín, con motivo de la celebración de la XXV Jornada Mundial del Enfermo que tendrá lugar en Lourdes, Francia, el próximo 11 de febrero.
En la carta escrita en latín, el Papa saluda a los enfermos de todo el mundo, expresando su cercanía de corazón a cuantos viven en medio del sufrimiento. “Está bien cuidar integralmente a la persona”, afirma el Santo Padre, “por tanto nunca hay que perder de vista el alma, la mente y el cuerpo”. Citando el Libro de la Sabiduría, Francisco recuerda que Dios creó todo para la existencia: “No ha creado la muerte ni el mal, y no goza con la destrucción de los vivos”».
Posteriormente, citando el Libro del Eclesiástico, el pontífice señala que Dios “dio a los hombres la ciencia para que pudieran gloriarse de sus maravillas”. Al mismo tiempo los pastores, los médicos y los propios enfermos están llamados a orar al Señor para que Él los conduzca a aliviar la enfermedad y a recuperarse.
Por último, el Obispo de Roma invita a los fieles a invocar con constancia la intercesión de la Bienaventurada Virgen María, Salud de los enfermos, para que obtenga del Hijo, gracias abundantes, especialmente la paciencia en la tribulación, la confianza en Dios, la gratitud por los bienes recibidos y un gran amor hacia todos. Y esto, imitando la fe de Pedro que, aún cuando no comprendía a Jesús, podía decir: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna”. (Jn 6, 68).+
Publicar un comentario