La beatificación de la Madre Catalina será “una fiesta de gestos misioneros”
“Me siento feliz por la Iglesia universal, por la Iglesia de Córdoba, que nos acoge y cuida desde el primer día, y por el instituto, que confirma lo que desde años sabemos: que tenemos una Madre (Catalina) a quien podemos seguir sin reproche alguno”, manifestó la madre Fiorentino.
“Me parece –continuó- que la preparación para esta y cualquier fiesta hay que empezarla en el corazón y rezando mucho por los frutos espirituales que el Señor derramará ese día en cada uno de los que participen, de cerca o de lejos”. Y manifestó que “lo material, los detalles prácticos pasan a segundo plano”, sin embargo, “serán cuidados, porque se trata de un acto eclesial y litúrgico”. “Lo verdaderamente importante no se ve para nada y después se traduce en la vida misma”, agregó.
Por eso, aseguró que la beatificación será “una fiesta de gestos misioneros”, aunque confesó: “No quiero adelantar cosas, también el factor sorpresa es un capital”. “La austeridad y la falta de añadidos del mundo serán reales. Nos acompañarán nuestros hermanos más necesitados con quienes vivimos y trabajamos cada día, ellos son los protagonistas. El "Catalina es de todos", no es un eslogan. Tratamos de vivirlo en cada uno de los países en los que estamos”, afirmó.
La superiora recordó que la beatificación de la Madre Catalina “será un hecho histórico”, ya que “es la primera beatificación de una cordobesa en la ciudad de Córdoba”. No obstante, “los demás lugares que ella misma quiso visitar en persona, y otros que sus hijas fueron abriendo después de su Pascua, también e igualmente están de fiesta”, aclaró.
“En África, en la Isla de Pascua, en el sur de la Argentina, en Chile, en España la conocen y la quieren”, aseguró. “Todas las voces se unieron en oración y todas las personas se unirán en esta fiesta que el Sagrado Corazón quiere regalarnos en este tiempo de malas noticias”, añadió. “Les anunciamos una Buena y eso es mucho en estos tiempos que corren, una mujer valiente que supo de dolor y sufrimiento y, también, de alegrías profundas y confianza reparadora: Madre Catalina es para todos ¡y esto recién empieza!”, concluyó.+
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