Mons. Mestre animó a “intensificar nuestra oración” en el Adviento

Mons. Mestre animó a “intensificar nuestra oración” en el Adviento

Mar del Plata (Buenos Aires) (AICA): En su reflexión sobre el Evangelio del primer domingo de Adviento, el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre, animó a “intensificar y optimizar nuestra oración” en este tiempo, recordando que Dios le regaló a cada uno una vocación. “Debemos responder a esos dones cumpliendo esa tarea en el lugar que a cada uno nos toca en este momento de nuestras vidas”, exhortó.
El domingo 3 de diciembre comenzó el Adviento, “palabra que significa literalmente llegada, venida”, recordó el obispo de Mar del Plata, monseñor Gabriel Mestre en su reflexión sobre el Evangelio dominical.

Adviento “es un tiempo de cuatro semanas en las que nos preparamos para la venida del Mesías y Salvador”, explicó monseñor Mestre y continuó: “Celebramos esta llegada del Señor en dos dimensiones: la primera parte reflexionando sobre la segunda venida del Mesías al final de los tiempos, la que todavía no se dio; y en la segunda parte, a partir del 17 de diciembre, contemplamos la venida histórica del Señor, la que ya aconteció en Belén y que vamos a celebrar el 25 de diciembre, en la Navidad”.

Y “a la luz de la Palabra de este Domingo” propuso tres puntos de meditación sintetizados en tres palabras: prevenidos, tarea, redentor.

Estén prevenidos

En el Evangelio se repite tres veces esta frase. Algo de esto compartimos en el Evangelio de las diez jóvenes unas semanas atrás. Estar prevenidos, preparados, despiertos, atentos, en actitud de vigilancia, de espera, permanecer en vela ¿Para qué? Para reconocer la presencia del Señor que constantemente está viniendo a nuestra vida. Es una verdadera actitud espiritual. No se trata de un miedo "obsesivo". Se concreta estando concentrados y atentos ante el Señor que viene. Por eso, intensificar y optimizar nuestra oración será el primer elemento importante para nuestra espiritualidad de Adviento. Así estaremos prevenidos ante el Señor que viene constantemente a nuestra vida.

Cada uno en su tarea

También en el Evangelio se describe cómo el hombre que se va de viaje asigna a cada servidor su tarea. Esta frase nos invita a mirar y preguntarnos cómo estamos realizando nuestra tarea cotidiana, la que Dios nos ha encomendado. El Señor nos regaló una vocación, una vida, determinados talentos como veíamos hace dos semanas. El desafío de cada discípulo es responder a esos dones cumpliendo esa tarea en el lugar que a cada uno nos toca en este momento de nuestras vidas. El Señor “le asigna a cada uno su tarea”.

Dios es fiel y redentor

Al comienzo de la primera lectura y al final de la segunda se dan dos hermosos calificativos de Dios. Nos describen quién es nuestro Dios. El primero es Redentor. Viene del verbo redimir, del latín ‘redimere’, del prefijo re-, "de nuevo", y ‘emere’, "comprar". Es decir "comprar de nuevo", rescatar. Ese es nuestro Dios: el que nos rescata de la muerte y del pecado, el que paga un alto precio para que abramos el corazón a la verdad y la vida; el que nos redime para que seamos realmente felices. El segundo calificativo de Dios tiene que ver con la fidelidad: Dios es fiel. Qué hermoso nombre. En un mundo tan difícil, descubrir que Dios siempre es fiel, es incondicional en su amor, es realmente una bendición. Ante tanta falsedad, doblez y fragilidad tenemos que apoyarnos en el Dios siempre fiel.+

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