La nota del director de la Oficina de Prensa indica que estuvieron presentes en la reunión, además del pontífice, monseñor Roque Paloschi, arzobispo de Porto Velho y los cardenales Claudio Hummes, relator general y presidente de la Comisión para la redacción del documento final; Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo de los Obispos y Pedro Barreto, presidente delegado del Sínodo Amazónico.
Tras unas palabras de dos indígenas en representación de los pueblos amazónicos, el Papa dirigió unas palabras a los presentes, subrayando que el Evangelio “es como una semilla que cae en la tierra que encuentra y crece con las características de esta tierra”, apuntó Bruni en su comunicado.
Con referencia a la región amazónica, el Santo Padre señaló los peligros de las nuevas formas de colonización. Finalmente, refiriéndose a los orígenes del cristianismo, nacido en el mundo judío, desarrollado en el mundo greco-latino y que luego llegó a otras tierras, como la eslava, oriental, americana, Francisco reiteró que el Evangelio debe inculturarse, porque “el pueblo recibe el anuncio de Jesús con su propia cultura”.
“El encuentro fue abierto por una breve intervención a dos voces, leída por una mujer y un hombre, representantes de los pueblos indígenas, que por su intermedio han expresado gratitud al Santo Padre por convocar el Sínodo”, prosigue el texto.
Estos representantes también solicitaron al Papa “ayuda para concretar su deseo de garantizar una vida serena y feliz a los propios pueblos, cuidando la propia tierra, protegiendo el agua para que puedan gozar de ella los propios descendientes”. +
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