El lema escogido para este año es: “Testigos de la esperanza y la alegría”. La esperanza y la alegría son dos palabras que atraviesan los mensajes del papa Francisco a toda la Iglesia y especialmente a la vida consagrada. También la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica envió una carta a los consagrados titulada “Alégrense”, con motivo del Año dedicado a la vida consagrada (2015-2016).
También el papa Francisco en la carta apostólica a los consagrados, con ocasión del Año de la Vida Consagrada, al señalar los objetivos, proponía, como tercer objetivo, abrazar el futuro con esperanza. “Conocemos las dificultades: la disminución de las vocaciones y el envejecimiento, los retos de la internacionalidad y la globalización, las insidias del relativismo, la marginación y la irrelevancia social. Precisamente en estas incertidumbres, que compartimos con muchos de nuestros contemporáneos, se levanta nuestra esperanza, fruto de la fe en el Señor de la historia, que sigue repitiendo: “No tengas miedo, que yo estoy contigo” (Jer 1, 8). La esperanza de la que hablamos no se basa en los números o en las obras, sino en Aquel en quien hemos puesto nuestra confianza. Esta es la esperanza que no defrauda y que permitirá a la vida consagrada seguir escribiendo una gran historia en el futuro, conscientes de que hacia Él es donde nos conduce el Espíritu Santo para continuar haciendo cosas grandes con nosotros”, escribía el pontífice en su Mensaje.
En la Argentina, debido a que la fecha coincide con el tiempo de vacaciones, la Conferencia Episcopal determinó que la Jornada de la Vida Consagrada se celebre el 8 de septiembre, fiesta de la Natividad de la Virgen.+
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