Los asaltantes profanaron una escultura de la Virgen del Rosario con un Niño Jesús en sus brazos, de la cual se llevaron sus coronas, de importante valor cultural y religioso.
La Virgen del Rosario es una imagen de vestido con cabello natural, corona y vara de plata de 5 onzas, con un gran rosario con cuentas de nácar que fue mandada a confeccionar en 1806 por un sacerdote de apellido Echenique. Formó parte del conjunto que ornamentó la primera capilla en Tulumba, hasta que fueron trasladadas al nuevo templo de Nuestra Señora del Rosario en 1881.
El párroco que está al frente de la iglesia desde hace cuatro años, presbítero Pedro Salinas, se mostró apenado por el hecho y narró que los delincuentes ingresaron al santuario solamente para apropiarse de las coronas y partir rápidamente, sin siquiera robar la alcancía ubicada a unos metros.
El sacerdote expresó: “Para mí fue gente que sabía qué objetos venía a robar porque no tocaron la alcancía que estaba cerca, no dejaron ni un rastro, ni movieron o dejaron nada fuera de su lugar. Estamos muy tristes porque son objetos muy valiosos para nosotros cultural y religiosamente”.
Personal técnico del Museo Jesuítico Nacional de Jesús María apuntó sobre la importancia de realizar cuanto antes la denuncia ante el Comité de tráfico ilícito de bienes culturales porque activan un protocolo de actuación inmediato con las policías provinciales y las fuerzas de seguridad federales que custodian fronteras.+
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