La Setrac recordó que el papa Francisco señala con insistencia que hay que decirle “no a una economía de la exclusión y la inequidad” porque “esa economía mata”, por lo que expresó su solidaridad “con todos aquellos que se encuentran desocupados”.
La organización reclamó una “reflexión seria y responsable respecto de la situación de aquellos que durante varios años han sido contratados en forma precaria por parte del Estado y hoy se encuentran más desprotegidos frente a los cambios de estructuras y reorganizaciones propias de una nueva gestión de gobierno”.
“No podemos dejar de mencionar, a su vez, la situación que atraviesan muchos hermanos que son esclavizados en el ámbito laboral, sin protección social, así como el escándalo del trabajo infantil que requiere ser erradicado sin más postergación”, advirtió e insistió en pedir “claridad y conductas éticas que pongan en el centro de la toma de decisiones el cuidado del trabajador y de su familia”
“Es necesario que ‘se siga buscando como prioridad el objetivo del acceso al trabajo por parte de todos’, combatiendo la corrupción y el delito; y procurando se minimicen al máximo los perjuicios que las medidas puedan generar, sobre todo en momentos con importantes subas en los precios de bienes y servicios y todavía altos niveles de inflación, lo cual afecta en forma directa los ingresos y calidad de vida de los trabajadores”, demandó.
La Setrac destacó “la ampliación de beneficiarios de la Asignación por Hijo y otras iniciativas que tienden a disminuir ese impacto, insistiendo en la necesidad de superar las desigualdades que aún persisten y se deben atender”.
Texto del comunicado
Este 1° de mayo nos encuentra ante una nueva gestión de gobierno, y el festejo del bicentenario de nuestra Independencia, acontecimientos que nos invitan a pensarnos nuevamente como país y nos desafían a comprometernos con el futuro.
Nuestro Papa Francisco nos ha señalado con insistencia que debemos decir “no a una economía de la exclusión y la inequidad” porque “esa economía mata” (Evangelii Gaudium N° 53) por eso, queremos solidarizarnos en primer lugar con todos aquellos que se encuentran desocupados. También proponemos la reflexión seria y responsable respecto de la situación de aquellos que durante varios años han sido contratados en forma precaria por parte del Estado y hoy se encuentran más desprotegidos frente a los cambios de estructuras y reorganizaciones propias de una nueva gestión de gobierno.
No podemos dejar de mencionar, a su vez, la situación que atraviesan muchos hermanos que son esclavizados en el ámbito laboral, sin protección social, así como el escándalo del trabajo infantil que requiere ser erradicado sin más postergación.
Pedimos claridad y conductas éticas que pongan en el centro de la toma de decisiones el cuidado del trabajador y de su familia, “las familias sufren en particular los problemas relativos al trabajo” (Amoris Laetitia N° 44). Es necesario que “se siga buscando como prioridad el objetivo del acceso al trabajo por parte de todos” (Laudato Si N° 127, cfr Benedicto XVI, Caritas in veritate N° 32), combatiendo la corrupción y el delito; y procurando se minimicen al máximo los perjuicios que las medidas puedan generar, sobre todo en momentos con importantes subas en los precios de bienes y servicios y todavía altos niveles de inflación, lo cual afecta en forma directa los ingresos y calidad de vida de los trabajadores. Celebramos la ampliación de beneficiarios de la Asignación por Hijo y otras iniciativas que tienden a disminuir ese impacto, insistiendo en la necesidad de superar las desigualdades que aún persisten y se deben atender.
Estamos convencidos que de todo esto sólo podremos salir mediante un dialogo eficaz, para “ir tejiendo relaciones sostenibles capaces de generar el andamiaje necesario que, poco a poco, irá reconstruyendo los vínculos sociales tan dañados por la falta de comunicación, tan dañados por la falta de respeto a lo mínimo necesario para una convivencia saludable” (Papa Francisco, Discurso en el encuentro con el mundo del trabajo en Ciudad Juárez, México, 17 de febrero de 2016).
De cara al festejo de los 200 años como Nación, tenemos el desafío de repensar el país que deseamos construir en “la casa común” que tenemos que custodiar, teniendo en cuenta una ecología integral, que no excluya al ser humano, y donde “es indispensable incorporar el valor del trabajo” (Laudato Si N° 124).
Al Estado le corresponde “el cuidado y la promoción del bien común de la sociedad. Sobre la base de los principios de subsidiariedad y solidaridad, y con un gran esfuerzo de diálogo político y creación de consenso…que no puede ser delegado, en la búsqueda del desarrollo integral de todos” (Evangelii Gaudium N° 240). A los empresarios, con el Papa, les decimos que “para que siga siendo posible dar empleo, es imperioso promover una economía que favorezca la diversidad productiva y la creatividad empresarial” (Laudato Si N° 129), y a todos nos recordamos que somos responsables de contribuir a una cultura del trabajo como “el ámbito de este múltiple desarrollo personal, donde se ponen en juego muchas dimensiones de la vida: la creatividad, la proyección del futuro, el desarrollo de capacidades, el ejercicio de los valores, la comunicación con los demás, una actitud de adoración” (Laudato Si N° 127).
Que María de Luján, madre de todos los argentinos, y San José Obrero nos reúnan como hermanos y nos animen, en este Año Santo de la Misericordia, a hacer presente en nuestra querida Patria los valores de justicia y solidaridad.+
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