Mons. Lozano pide a Dios que tenga misericordia con el mundo
“El cuadro que atrae nuestra devoción nos muestra a Jesús Resucitado como caminando hacia nosotros. Está vestido con una túnica blanca. Con la mano derecha nos está bendiciendo y con la izquierda se toca el pecho, a la altura del corazón. De allí le salen dos rayos luminosos: uno blanco (simbolizando el agua y el sacramento del bautismo) y otro rojo (aludiendo a la sangre y al sacramento de la eucaristía)”, detalló en su columna semanal.
“Esta devoción nos presenta una gran verdad de nuestra fe: Dios es misericordia y nos invita a llegar confiados a pedir su perdón. Muchos en este domingo se acercan al Sacramento de la Reconciliación para confesar los pecados y alegrarse del consuelo espiritual que nos produce”, agregó.
El prelado reconoció que “a veces nos preguntamos si de verdad Dios perdona siempre, y si hay algún pecado que no puede ser alcanzado por su misericordia”, por lo que recordó que San Bernardo expresa: “Mi único mérito es la misericordia de Dios. No seré pobre en méritos, mientras Él no lo sea en misericordia. Y, porque la misericordia de Dios es mucha, muchos son también mis méritos”.
“Podríamos decirlo así: en toda la historia humana no hubo ni habrá pecado que no pueda ser bañado por la misericordia de Dios”, subrayó y citó las enseñanzas del papa Francisco.
“Las llagas de Jesús son el vestigio de sus sufrimientos en la cruz. Para palparlas no es necesario experimentar algún arrebato místico extraordinario. Alcanza con acercarse a los que sufren y son presencia en carne viva de las llagas del Señor. En los enfermos, los encarcelados, los adictos a las drogas, los que sufren violencia doméstica, los que sienten angustia existencial, los desocupados, los que viven en la miseria... son las llagas sufrientes del Resucitado que quieren ser reconocidas, veneradas y besadas, para que le digamos con cariño y devoción: ‘Ten misericordia de nosotros y del mundo entero’”, concluyó.+
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